lunes, 7 de abril de 2014

ANOSMIA



Anosmia  (del griego an = negación y osmé = olfato)  significa “ausencia del sentido del olfato”. Si se trata sólo de una disminución de dicho sentido, hablamos de hiposmia. Permítannos continuar con estos conceptos sobre la salud antes de meternos en harina. El olfato, es considerado hoy el menos importante de los sentidos. Se cree que entre los primeros humanos tuvo gran trascendencia, pero hoy, hay quienes incluso hablan de que en un futuro llegará a desaparecer. De momento sigue siendo mucho más importante de lo que se suele pensar, incluso como acompañante indispensable para el sentido del gusto. También hay otro concepto importante ligado a la anosmia, que es la “fatiga olfatoria”. Se trata de una protección del organismo, de forma que ante una sobreexposición a un determinado olor, el cuerpo acaba por anularlo y deja de percibirse. Pues bien, nuestra hipótesis es que la sociedad actual, padece fatiga olfatoria político-social y va camino de la anosmia. Antes, noticias como que Hacienda descubre que un alto cargo de un gobierno autónomo, un gran empresario, un artista o un deportista  ha defraudado millones de euros a Hacienda (es decir, nos ha robado a todos y todas), era portada de un diario, cabecera de programas de radio o televisión. Claro, lo que empieza a repetirse deja de ser noticia y los medios lo pasan a los niveles de noticia menores, si es que llegan a considerarlo noticia. Pero lo grave, es que a la sociedad, no le llegue el olor a heces que el acontecimiento despide, el aroma pútrido que se desprende de tales hechos. Lejos de ello, a unos se les vuelve a votar, y a otros se les sigue poniendo como ejemplo a seguir para los más pequeños (y mayores). Esa permanencia del hedor, hace aumentar el efecto de fatiga olfatoria y cada vez a la gente le cuesta más diferenciar, llegan a perder el sentido del gusto, y ya todo les sabe y les huele igual, da lo mismo esto que aquello que lo otro. Pero la gente debería tener claro que los olores, pese a su invisibilidad, son materia. Es decir, uno huele el cordero, porque partículas de la parte volátil del cordero llegan hasta nuestro cuerpo, y se huele a vinagre cuando partículas de vinagre entran hasta nuestras propias células. Uno, está rodeado de aquello que huele o podría oler de no padecer anosmia o fatiga olfatoria. Por ello, es mala idea no recuperar el sentido del olfato. Y es así además, porque entonces perderíamos también el aroma de las flores, por ejemplo. También los problemas de olfato político-social hacen que cuando nos acostumbramos a la buenas gentes, a quienes se dejan el pellejo por un mundo más justo, a las que luchan por la justicia, no seamos capaces de reconocérselo, nos acostumbramos tanto a lo bueno como a lo malo y tan injusto es lo uno como lo otro.

Por ello, afinemos nuestro olfato, aspiremos bien profundo y no permitamos el acostumbramiento ni a lo bueno ni a lo malo. Sólo esa detección nos permitirá distinguir con claridad y rodearnos de las personas y cosas que merecen la pena, y desechar a los pestosos que lo llenan todo de mierda.




*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elias Rovira y Javier Sánchez.

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