viernes, 25 de septiembre de 2015

TENED FE

*Colectivo Puente Madera

En la transmisión de cualquier nacionalismo hay siempre un algo de emoción, un escalofrío de sentimiento que corre paralelo a la razón y que a veces la anula. Un himno, una bandera, son símbolos que pueden acelerar los latidos del corazón. Si ustedes no son nacionalistas (tampoco nacionalistas españoles) pero son aficionados al deporte, ¿sintieron algo especial cuando sonó el himno español en la final del mundial de Sudáfrica y vieron a Iniesta y a sus compañeros abrazados? Y si esas imágenes las vieron en un bar, en una plaza, con docenas o miles de aficionados, ¿pudieron sentir una emoción especial al sentirse uno entre muchos?

Demóstenes sabía que el mejor orador no era el que mejor hablaba, sino el que mejor sintonizaba con el sentir y el pensar de su auditorio. Todos los buenos oradores saben eso. Hitler, más allá, escribía en “Mein Kampf” que a las masas hay que dominarlas y manipularlas hablándoles al corazón, no a la cabeza.

A falta una semana para las elecciones autonómicas catalanas, el líder de Esquerra, Oriol Junqueras ha enardecido a los asistentes a un mitin declamando: “Tengamos fe, tengamos esperanza y sobre todo trabajemos porque es la hora de la victoria”. Cuando todas las evidencias racionales muestran que si, en un proceso que sería tremendamente traumático, Cataluña se independiza quedaría fuera de la Unión Europea y del euro, es cuando los líderes independentistas tienen que conseguir que los catalanes tiren por la ventana la razón, que solo tengan fe. Fe, poderoso argumento político, ¿no?

Es evidente que Mas, la derecha que gobierna en Cataluña, alzó la bandera independentista y apeló al sentimiento nacionalista para ofuscar lo que la razón mostraba: que estaba destruyendo los servicios sociales. Y en esta maniobra de engaño, para desgracia de la izquierda, ha obtenido la impagable colaboración de Esquerra Republicana, que parece pensar que los problemas de los obreros catalanes son los mismos que los de la burguesía catalana... y que no quiere que los ricos de Barcelona paguen más impuestos para ayudar a los empobrecidos de otras comunidades ni que los ricos de Madrid tengan que ayudar a las personas más necesitadas en Cataluña. Triste.

Si las elecciones confirman las encuestas, las candidaturas que promueven la independencia lograrán la mayoría absoluta... y la mayoría de los catalanes estárían en contra de la independencia. ¿Cómo entender eso? Solo puede haber una explicación: que hay un alto porcentaje de catalanes que no quieren la independencia pero que van a votar a “Junts pel Sí” para mandar un serio aviso al estado español, un aviso de que desean que la relación entre Cataluña y el estado cambie, un aviso que ya expresaron democráticamente en elreferéndum del nuevo estatuto, truncado después por el PP y el Tribunal Constitucional.

En este asunto las responsabilidades recaen en muchos: el PP, negándose con su ciego españolismo a reconocer la necesidad de cambios en el estado; el PSOE, dando bandazos, desde el rechazo absoluto y despectivo a la solución federalista que proponía IU, a encontrar el federalismo como única solución; Mas, burlando la voluntad popular al decir que estas elecciones son plebiscitarias, pero que solo necesita mayoría de diputados, no de votos; PP y PSOE criticando lo anterior, que no es sino una funesta consecuencia de la ley electoral que los dos mantienen en su beneficio; Esquerra, traicionando el espíritu de izquierdas del presidente Francesc Maciá, que proclamó el Estado catalán pero dentro de la República Española.

Todos han actuado desde el interés propio, la ceguera y el provincianismo, y la consecuencia no ha sido otra que acrecentar el enfrentamiento y la división. Seguramente dentro de dos o tres semanas volveremos a escribir sobre este asunto. No sabemos todavía cómo . Pero les podemos asegurar una cosa: no lo haremos desde la fe.





*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez.

Artículo publicado por el Colectivo Puente Madera, el pasado 20 de septiembre

Abuelos, contadme otra vez…

*COLECTIVO PUENTE MADERA

Abuelos, contadme otra vez cómo llegasteis los refugiados a la frontera, por decenas de miles,  atemorizados, con la ropa y un hatillo, huyendo de la guerra, pendientes los mayores de los muchos niños, … contádmelo, seguro que lo recordáis, vosotros, abuelos españoles, refugiados españoles, no inmigrantes, sino refugiados de guerra que cruzasteis las fronteras de Europa en 1939… como lo hicieron millones después del fin de la segunda guerra mundial, en 1945… como repitieron los yugoeslavos en la década de 1990.

Contadme cómo os trataron y cómo deberían haberos tratado. Y decidme ahora qué pensáis al ver a esos miles de refugiados que escapan hasta las fronteras de un continente mucho más rico y supuestamente más justo que aquel de 1939. Nosotros, los españoles, que llevamos años recibiendo inmigrantes y que ahora recibiremos refugiados de guerra, hemos de mirarnos de nuevo al espejo, para ver en el rostro de cada refugiado la cara de nuestra abuela, que huyó a Francia, en la cara de cada inmigrante el rostro de nuestro padre que emigró a Suiza o la carita de nuestra hija que ha emigrado a Inglaterra.

Todo está ya dicho sobre lo que está sucediendo y lo que está por suceder, que no es otra cosa que lo normal, dentro de esa salvaje anormalidad que supone a veces el comportamiento humano: cuando hay una guerra, hay personas inocentes que huyen para salvar su vida y la de sus familias. Y el derecho internacional dice que esos seres humanos tienen derecho al asilo en cualquier otro país (Declaración Universal de los Derechos Humanos, Artículo 14). Ya está todo dicho. Ya está todo dicho sobre esa desgarradora imagen del niño Aylan, sobre las personas engañadas y metidas en los trenes húngaros como animales, sobre la violencia de los guardias fronterizos de Macedonia (ARYM) y Hungría, sobre la responsabilidad occidental en las guerras de Irak y Siria.

Ya está todo dicho, ahora falta hacer. Pero, claro, no hacer como Mariano Rajoy y su gobierno entienden porhacer… El ejemplo de Alemania es alentador. Es cierto que seguramente los demógrafos y economistas alemanes habrán calculado que los niños y jóvenes que llegan a su país son los que necesitará en el futuro a la envejecida población alemana, y que tendrán que conseguir una verdadera integración de esos cientos de miles de personas. Ese es su reto, y ese puede ser en parte su interés. Pero no es menos cierto que la mayoría de la población alemana se ha volcado ejemplar y calurosamente en el recibimiento a los refugiados, y que se están enfrentando sin miramientos a los gravísimos ataques de la ultraderecha fascista.

Si la imagen del Aylan sirvió para ablandar el corazón de algún político europeo, no fue el de Rajoy y su gobierno. Nuestro presidente se resistió hasta el final a reconocer que nos enfrentamos a una situación de catástrofe humanitaria sin precedentes en Europa desde la II Guerra Mundial. Nuestro presidente, hasta que no recibió instrucciones clarísimas (¿órdenes?) de Angela Merkel, no accedió a acoger a los refugiados sirios e iraquíes que nos corresponden.

Alemania ha comenzado, como nación entera, a afrontar el gran reto de acoger e integrar a cientos de miles de personas. No es tarea fácil, pero imaginamos que los alemanes pondrán en ello planificación, esfuerzo y recursos. Abuelo, ¿qué piensa usted que hará el gobierno español?





*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez.

Artículo publicado por el Colectivo Puente Madera, el pasado 13 de septiembre de 2015

miércoles, 9 de septiembre de 2015

LA FERIA DE LOS POLÍTICOS


Llega la feria y los partidos políticos suelen invitar a algunos de sus líderes a visitarnos. Pero más allá de esas visitas formales, nos consta que a algunos y algunas les gusta venir de incógnito. Nos proponemos dar un paseo y ver con quién nos encontramos.

Al primero que cazamos a Pedro Sánchez. Ya ha sacado su billete para la noria y está en la cola para subir. Nos confiesa que espera para llegar a lo más alto. Está convencido de que antes o después llegará arriba. Sabe que en este país es cosa de paciencia y que hasta ahora basta con esperar: unos suben y los otros bajan irremediablemente. No tiene prisa, seguro de que su momento llegará.

Nos vamos a los siempre exitosos, entre los más jóvenes, coches de choque. Es mucha la gente que se sitúa alrededor de la pista a ver qué pasa. Ahí observamos a Pablo Iglesias chocando contra todos y todas. Va solo en su coche, molestando e incordiando a quienes bien lo merecen, pero pronto el ensordecedor claxon suena y la partida acaba sin que nada haya cambiado mucho más allá de los obvios cabreos de los chocados. Por cierto, la pista luce unos espléndidos letreros luminosos con el nombre de Esperanza Aguirre, en honor a la lideresa madrileña destronada.

Cerca, anda la Olla Loca. De acá para allá, bandazos de un lado a otro y la gente encantada. Es fácil ver allí a Albert Rivera. Se levanta con frecuencia para la foto de rigor. No sabe bien de dónde bien ni dónde va, pero el viaje acaba y sigue donde empezó.

Justo al lado, los altavoces de una caseta anuncian a los cuatro vientos que, por el módico precio de 20€ por cabeza,  puede contemplarse la sirenita encontrada recientemente en las costas de Cataluña. Intrigados por el extraño hallazgo, decidimos rascarnos los bolsillos y pasar a ver el prodigio. Lo que nos encontramos es un montaje grotesco hecho con una cola de sardina gigante de papel de celofán, de la que sale ArturMascanturreando: “Votad por la independencia y olvidad de mi partido la indecencia”, “Cataluña sin España, perfectamente se las apaña”, “levantemos fronteras y muros, aunque el futuro se torne más oscuro”… Por lo mal que canta el chaval, y porque no solemos creer en cantinelas de sirena, de inmediato salimos atacando de aquel chiringuito.

No en las atracciones, sino en los redondeles, nos topamos con el dúo Bono-Page, con sus boinas y sus blusones, que vienen de invitar a gambas a Pablo Iglesias. Dicen que por la noche tienen pensado pasarse por los puestos de chorizos fritos, que también son de su gusto. Se despiden saludando y sonriendo hipócritamente a todo lo que se mueve a su izquierda, antes de pasar a echar una salve en la capilla de la Virgen.

Nos cruzamos a los vinitos. Allí, de cháchara con la gente, sabiendo de sus problemas e intentando organizarse, cuanta más gente de diferentes sitios mejor, para dar fin al bipartidismo y buscando estrategias para poder poner en marcha políticas sociales, un buen puñado de personas: recién llegados, de siempre, nuevamente ilusionados… Juan López de Uralde, Alberto Garzón entre otros y otras. Parece que no lo pasan mal ni ellos ni la gente.

Regresamos y nos topamos de frente con La Casa del Terror. Allí, en la caseta de los tickets, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se encuentra reunido con el imputado expresidente de Bankia, Rodrigo Rato. Pues de verdad que sí acojona, sí.

Y se nos ocurrió pasar dentro. Al poco de avanzar, la cartera nos había volado, nuestros tickets los habían revendido y pudimos ver cajas B, C y hasta D. Es PPlandia. Unos pasos más adelante aparece Bárcenas encadenado, y Rajoy dándole palmaditas y pidiéndole que sea fuerte. En una suite especial de la casa vivía, acompañado, el exministro Wert, que tras cargarse la educación se daba a la buena vida.

Ya no podíamos más, tuvimos que salir corriendo. Nos encaminamos para recuperar la respiración al más infantil Tren de La Bruja. De lejos, aquello más que una escoba y un caperuzo nos parecían unas tijeras y una peineta… pero ¿cómo? Noooooooooo, noooooooooo… ¡Cospedal!, ¿qué haces tú aquíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii?





*El Colectivo Puente madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez