martes, 30 de julio de 2013

LOS OTROS



 * Colectivo Puente Madera
27-07-2013.- Santiago de Compostela. En la puerta de la comisaria de Santiago (DGP). En ella aparece Alberto Núñez Feijoo, presidente de la Xunta de Galicia, que acababa de dar una rueda de prensa acompañado del ministro del Interior y de la ministra de Fomento, en la que habían culpabilizado al maquinista del terrible accidente, sin disponer todavía de los informes técnicos pertinentes (Foto de Esteban Ortiz Boró)
Decía Margaret Thatcher, nodriza ideológica de la que se alimentan nuestros conservadores patrios, que no existía la sociedad, sino tan solo los individuos. O sea, que no somos más que un conglomerado de sujetos que cohabitan y compiten, cada uno como puede, por alcanzar el máximo beneficio personal posible. Y punto. Ese es el orden natural en que se desenvuelve el ser humano. Eso es el capitalismo.

            Afortunadamente, los científicos, que saben algo más de la naturaleza que la Dama de Hierro, e incluso que José María Aznar, llevan una década informándonos de la existencia de las denominadas neuronas espejo, que nos permiten comprender a los demás, empatizar con  ellos y comportarnos de forma solidaria. Lo natural, por lo tanto, no es pisarle el cuello al vecino de al lado, sino ofrecerle nuestra mano para caminar y construir juntos. Curiosamente, la neurología ha venido a dar la razón a Marx frente a Adam Smith.

            Los trágicos sucesos ocurridos la semana pasada en Santiago corroboran lo anteriormente dicho. En cuanto se produjo el accidente, una multitud de personas se arrojó literalmente a las vías para ayudar. Gentes sencillas, trabajadores, habitantes de la periferia, que en ocasiones tuvieron que romper las vallas protectoras o los cristales de los vagones a puñetazo limpio para acceder a los heridos, que los transportaron con sus propios brazos, que llevaron las primeras mantas y las primeras botellas de agua, que luego acudieron en masa a donar su sangre… En estos tiempos turbios, enrarecidos por toda una legión de urdangarines, bárcenas, gurtelianos, sobresuelderos, comisionistas, defraudadores, puertagiratorios y demás chupópteros, reconforta asistir a un estallido espontáneo de altruismo como el que hemos vivido.

            Como también reconforta comprobar que los servicios públicos, es decir, la sociedad cuya existencia ignoraba la Thatcher y que nuestros gobernantes están empeñados en desmantelar, respondieron perfectamente. Y lo hicieron gracias, entre otras cosas, a que muchos denostados funcionarios compensaron con su coraje y su abnegación las carencias que los recortes y las privatizaciones están provocando en todos los sectores.

            Ha sido muy duro el drama que ha vivido España durante estos últimos días. Desde este humilde rincón queremos mandar un abrazo a los familiares y amistades de las víctimas, pero también a todos los hombres y mujeres que, voluntariamente o como profesionales, han participado en las labores de socorro. De las grandes tragedias suelen derivarse grandes lecciones, y en este caso la enseñanza es clara: no, no somos solo individuos, sin los otros no somos nada. La vida no es solo una concurrencia caótica de egos, sino una posibilidad infinita de experiencias compartidas, una trama densa de interrelaciones al margen de la cual nada tiene sentido. Por eso, estamos obligados a defender lo común, lo público, lo de todos, con el corazón abierto de par en par, empleando en ello todas nuestras fuerzas y resistiendo hasta el último aliento.


*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez
Artículo publicado en tualbacete.com

@CPuenteMaderaAB

lunes, 22 de julio de 2013

95 ejemplos



BROTES ROJOS(*)

Colectivo Puente Madera*

Cumple 95 años Nelson Mandela y su cuerpo vuelve a burlar la muerte después de que su nombre lo hubiera hecho ya para siempre. Por desgracia, cuando uno escudriña nuestro país buscando muestras de ejemplaridad y coherencia como la del ilustre sudafricano, se le queman las pupilas sin dar con el hallazgo.

No pedimos, aunque los necesitaríamos, políticos a la altura de Mandela, de su excepcional grandeza humana, ética y política. Pero sí necesitamos como ejemplos comportamientos que están al alcance de cualquiera que respete a la democracia y a sus conciudadanos. Por ejemplo, merecemos que el presidente del gobierno comparezca en el Congreso para explicar ante todo el país las acusaciones del “innombrable”: simplemente, nos lo debe, es su obligación.

No merecemos el ejemplo de Cospedal, que se ríe de nosotros intentando disimular rocambolescamente el pago por Bárcenas de 200.000 euros en dinero negro para financiar sus campañas electorales. Más nefasto no puede ser el ejemplo de Pons, insultando a todo el país, y especialmente a las víctimas del terrorismo, mezclando suciamente a Miguel Ángel Blanco con Bárcenas.

De Mandela también podría aprender el nuevo presidente del Tribunal Constitucional, que se ríe de la democracia y de todo el país mientras esconde entre los papeles de sus sentencias el carnet del PP. ¿Qué ejemplo de neutralidad podemos esperar del órgano que vela por el respeto a la Constitución?

Recordamos ahora una memorable frase sobre las tasas municipales del concejal de Hacienda del PP, Juan Carlos López Garrido: se trataba de “meter la mano en el bolsillo del contribuyente”. Su partido, sin embargo, da ejemplo liderando la mayor subida de impuestos indirectos de la historia de la España democrática. 

Igualmente reprochable es el jabón que rodea el viaje a Marruecos de Juan Carlos de Borbón, con toda su cohorte de ministros, empresarios y aduladores. Besos y abrazos para el hermano rey marroquí, muy poco ejemplar en el respeto de los derechos humanos y en los del pueblo saharaui.

Todas las grandes pequeñas personas de este país, todos y todas los Mandelas que cada día cumplen con sus obligaciones sociales y personales, y que además suelen hacerlo con una sonrisa a pesar de todo, merecen que los que nos gobiernan sean ejemplares, que no se rían de nosotros, que no nos traten como súbditos. 

Claro que, quizá el mejor ejemplo que podrían dar es comenzar por quitarse de en medio y convocar elecciones generales para devolver la palabra al pueblo… pero esto último parece que el capital internacional, y ellos mismos, se lo tienen prohibido, en aras de la “estabilidad política” nacional… que es como se llama a esta ciénaga política en la que nos mantienen inmersos mientras terminan el desmantelamiento del Estado.

Felicidades, Mandela, porque tu ejemplo nos hacer ver que, a pesar de todo, sí se puede vivir con dignidad y coherencia, aunque a algunos estas palabras les revuelvan las tripas.

@CPuenteMaderaAB


*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez


(*) Artículo publicado en diarioAB.com

lunes, 15 de julio de 2013

MARCIAL MARÍN, EL DESTRUCTOR



*Colectivo Puente Madera

Menudo castigo tenemos en Castilla-La Mancha. No queremos dramatizar  pero las cifras están ahí, no son inventos veraniegos. Nos referimos a la Educación Pública regional, que sigue desangrándose  de tal manera que nos hace pensar que su máximo responsable, nuestro paisano Marcial Marín, el consejero destructor de la Educación en el gobierno de Cospedal, debe actuar rápidamente y presentar su dimisión. Está visto que no hace falta muchos méritos en el PP para gestionar algo tan esencial como es la Educación de todos los castellano-manchegos, y Marín ha demostrado  en estos dos últimos años, que su  magnífico currículum pedagógico le ha llevado a estar en lo “más alto” del ranking  nacional, pero de algo nada positivo como es tener el record de destrucción de empleo entre el profesorado.

Según cifras oficiales del Ministerio de Educación y Ciencia, Marcial Marín ha obtenido la calificación más alta (casi un cum laude)  de todos los consejeros autonómicos, en lo que se refiere al triste descenso de las plantillas del profesorado  regional, un 14% (4.415 menos), frente a la paradoja de que nuestras escuelas públicas han visto aumentar su alumnado un 2,7%. No nos merecemos tener un consejero de tanta excelencia entre nosotros, con méritos añadidos, que suben su nota, como el cierre de numerosísimas escuelas rurales, supresión de becas de comedor y trasporte, clausura de centros de profesores, eliminación de más de 80 aulas de adultos, y una interminable lista de agresiones al modelo de Educación Pública de tod@s y para tod@s. El mejor premio que se le puede dar es que abandone su puesto en la casa del Bulevar Río Alberche de Toledo, y se dedique a cuestiones privadas. 

No soportamos tanta ineficacia en su gestión destructora de nuestra Educación pública. Márchese, señor Marín, no queremos tener un nuevo caballo de Atila entre nosotros.  Deseamos con todas nuestras fuerzas  que la ciudadanía crezca en un sistema educativo con más profesorado, con recursos, sin improvisaciones ni chapuzas, con alguien que no priorice lo privado frente a lo público,  donde no se persiga a aquellos que discrepan contra sus políticas de desinversión y recortes. En una palabra, nos ha demostrado en los últimos 25 meses que usted vale para gerente de empresas de demolición, pero para estar al frente de nuestra educación no reúne los requisitos mínimos, no tiene la puntuación necesaria para superar las competencias básicas de dirección de la política educativa regional.

No queremos que repita otro curso entre nosotros, no nos merecemos tanto honor. Su única salida es marcharse. Este recorrido sin retorno no debe demorarse. Para ayer, ya es tarde.


@CPuenteMaderaAB

Artículo publicado en tualbacete.com

*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez.

martes, 9 de julio de 2013

Alucinando en el poder

BROTES ROJOS(*)
Colectivo Puente Madera




Está claro que el poder no le sienta bien a todo el mundo. A unos les viene grande, a otros se les indigesta, a algunos les quita el sueño y a muchos, por desgracia, se les sube a la cabeza. No es nada nuevo. Calígula nombró senador a su caballo (otros nombraron a Bárcenas, que igual es peor), Isabel la Católica no quería cambiarse de camisa, Alfonso XIII pensaba que su pueblo lo amaba y Franco estaba convencido de que era Caudillo por la gracia de Dios. Lo que decíamos: todos como auténticas cabras. Y lo dicho no es más que un botón de muestra.
            En nuestros tiempos, a veces también da la impresión de que los mandamases han ingerido algún psicotrópico, porque su visión distorsionada de la realidad solo puede ser consecuencia de alguna alteración neuronal. José María Aznar, durante su mandato, veía armas de destrucción masiva en Irak. La misión de la ONU creada para indagar acerca de su existencia no las veía, pero él sí, porque él, como Alá, sabe más. Y ahí no queda todo. En su delirio, se cree la encarnación del Superhombre nietzscheano, o mejor, mucho mejor, la reencarnación del Cid Campeador.
            Pero Ánsar no es el único que muestra graves desajustes cognitivos. Zapatero, por ejemplo, no veía nada. La ingesta de neoliberalismo le nublaba la vista, y mientras el país clamaba ante el comienzo de la crisis económica más grave de nuestra historia, él seguía tan pancho afirmando que España tenía “el sistema financiero más sólido de la comunidad internacional”. Ah, y mientras él gozaba de ilusiones psicodélicas, María Teresa Fernández de la Vega paseaba por los pasillos del Congreso con la mirada perdida y viendo brotar la verdura en el desierto.
            A Rajoy, por el contrario, la sobredosis de poder le tiene afectada el área verbal. Padece afasia, o sea, no habla, no responde a lo que le preguntan o responde con vaguedades o extravagancias como: “en cuanto a la segunda, ya y tal”. Otras veces dice algo (“Todo eso es falso”) e inmediatamente lo contrario (“salvo alguna cosa que han publicado los medios”). De una forma u otra, el caso es que sus alocuciones son más opacas que las del oráculo de Delfos.
            Por desgracia, en nuestra región también alucinan nuestros gobernantes. Marcial Marín, que ha despedido a 5000 profesores, que ha masificado las aulas hasta extremos insoportables, que ha cerrado colegios, comedores y rutas escolares, abre los ojos y ve “caminos abiertos”. Y María Dolores Cospedal, que está dejando la región como un auténtico rastrojo, dice que ve un túnel y al final ve una “luz”. Eso es lo que significa literalmente alucinar.
             Y mientras tanto ahí sigue España, paralizada por la estupefacción, la rabia y la incertidumbre.

 
@CPuenteMaderaAB


(*) Publicado en DiarioAB.com


El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez