lunes, 2 de septiembre de 2013

“El país más olímpico”



*Colectivo Puente Madera

Cuando el Barón Pierre de Coubertin recuperó los Juegos Olímpicos no podía sospechar que, más de un siglo después, los gobernantes españoles consiguieran que toda una nación se entregara con tanta intensidad a la pasión olímpica. No es que tengamos buenos atletas, hombres y mujeres que se entregan con amor al deporte; es que el olimpismo, el espíritu olímpico, forma parte ya de la vida cotidiana de todo el pueblo español. Veamos algunos ejemplos.
Los olímpicos animan sus competiciones con el lema: "Citius, altius, fortius", que significa "más rápido, más alto, más fuerte". La ciudadanía de este país hace suyos cada día estos tres motivos, vive con ellos. Más rápido es como tienen que conducir las ambulancias en las sierras de nuestro país para que los enfermos, tras el cierre de los centros de salud rurales, lleguen vivos al hospital. Más alta es la nota que tienen que sacar los hijos de las familias que tienen menos recursos para poder seguir teniendo becas y, por tanto, para poder seguir estudiando (o sea, que el hijo de un Botín puede terminar la carrera de derecho sacando cincos pelaos todos los cursos, pero el hijo de un obrero tendrá que sacar una mínima marca atlética de 6'5). Más fuerte que la piedra es la cara de un presidente de gobierno que se negaba a explicar en el parlamento lo que es un escándalo en toda la prensa internacional.
Pero a los españoles no les basta con la manida triada de rapidez, altura y fortaleza. También tenemos el  "más masificación", "más privatizaciones en la sanidad", "más recortes", "más pobreza", "más engaños", "más escándalos", “más bancos quebrados y salvados”, “más impuestos indirectos que directos”, "más políticos del PP imputados", “más simulaciones diferidas”, “más sobresueldos”, “más cuentas B”, “más religión en las escuelas”, “más enseñanza privada y concertada”, “más facilidades para despedir a los trabajadores”, “más salarios basura”, “más policías y más multas por manifestarse pacíficamente”... y así en un largo repertorio de pruebas olímpicas que el señor Coubertin, noble él al estilo barrio de Salamanca, no podía ni soñar.

Españoles, espartanos, españolas, espartanas, tenéis que saberlo de una vez: aconsejada por la FAES, Ana Botella está a punto de convencer al Comité Olímpico Internacional de que le den ya de una vez las Olimpiadas a Madrid, con este irrebatible argumento. Todo el país es ya un alma olímpica, delgada, pálida como un Greco, consumida por el esfuerzo y entregada al sacrificio por gracia de Rajoy y Cospedal. Españoles, albaceteños, españolas, albaceteñas: el próximo 7 de septiembre, mientras os entretenéis dividiendo los menguantes euros del bolsillo entre los días de Feria, el COI anunciará qué país organizará la Olimpiada de 2020.  Si se la dan a Madrid, sólo os quedarán siete años más de olímpicos esfuerzos. Si no, también.

@CPuenteMaderaAB


*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez


Artículo publicado en diarioAB.com, en la sección de opinión dentro de la columna quincenal de "Brotes Rojos"

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