martes, 5 de marzo de 2013

EL ESTADO DEL BIENESTAR Y OTROS CUENTOS (Colectivo Vega)


Cuando tanta gente reclama ahora que volvamos a la situación de hace unos pocos años en España, durante lo que denominan el Estado del Bienestar que añoran, se están refiriendo, casi con total seguridad, a su propio bienestar.

Nunca, ni siquiera cuando en España se derrochaba el dinero que llegaba desde Bruselas y era tan sencillo hacerse rico, especular, vivir bien (al menos eso nos decían nuestros gobernantes de entonces, entregados al capitalismo en cuerpo y alma como forma de solución de todos los problemas, sus problemas, y de hacer realidad sus sueños de poder), nunca esas oportunidades han sido así para tod@s. Las grandes bolsas de pobreza siempre han estado ahí, personas excluidas, marginadas, apartadas del reparto de beneficios y oportunidades. Y quienes trabajábamos entonces ya en Servicios Sociales lo sabemos muy bien. Todas aquellas personas que no encajaban en este sistema eran sistemáticamente escondidas, invisibilizadas.

El Estado del Bienestar ha sido una falacia para explicar cómo el bienestar de una mayoría era suficiente para que los pobres y excluidos permanecieran en esa situación de manera indefinida, ya que, tampoco entonces, los recursos llegaban para tod@s, ya que el problema real es el reparto que el sistema hace de esos recursos, más que suficientes.

Los derechos que la clase dominante ha permitido a la clase trabajadora durante algunos pocos años son, sin duda, fruto de las movilizaciones y las luchas obreras mantenidas durante muchos años, de pequeñas conquistas sociales y laborales que antes las y los trabajadores se ganaron con sangre, represión y lucha continuada. Pero la conquista de estos derechos no es real si el sistema permanece. Son las cosas que tiene el capitalismo: es quien posee y maneja el capital quien decide dónde y cómo se invierte el dinero. Y cuando la clase trabajadora deja de pelear, deja también de conquistar… y comienza el retroceso.
El engaño de las falsas clases medias (en plural), divide a las y los trabajadores en una clasificación jerárquica según su poder adquisitivo que les enfrenta entre sí con el fin de que las clases dominantes perpetúen su supremacía sin apenas despeinarse.
¿Qué tipo de Bienestar es el que añoramos? ¿poder hacernos ricos fácilmente? ¿tener capacidad de especular con tierras o pisos? ¿de invertir en bolsa? Cuanto deben reírse los poderosos viendo a trabajadores con sueldos altos jugando a ser ricachones, mirando por encima del hombro a quienes no han podido comprarse un coche caro y un chalé, aunque sea adosado, sintiéndose “clase-media-alta-acomodada”. Esas mismas personas asienten ahora cuando quienes nos recortan los derechos quieren hacernos creer que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades (ya que el Estado del Bienestar es insostenible, les falta decir).

Quienes hemos trabajado con las personas excluidas por este sistema sabemos que “vivir por encima de nuestras posibilidades” no es más que una expresión que trata de recordarnos que quienes hemos podido disfrutar de derechos y prestaciones que pensamos justas y consideramos como conquistas sociales, en realidad no eran más que pequeñas concesiones del gran capital que han desaparecido a la vez que desaparecía el tejido social y asociativo, que el movimiento sindical obrero perdía toda su fuerza a cambio de subvenciones y traiciones al movimiento obrero y a medida que los trabajadores empezaron a considerarse clase media si tenían trabajo y clase baja cuando pasaban mucho tiempo sin él.

Nos han vuelto a recordar dónde estamos. En nuestra mano está tener presente que es con lucha continuada y organización como se sale de esta situación. Y que la solución no es volver a conseguir una parte de los beneficios de otros como derechos propios, si no la superación del sistema capitalista y que los beneficios del trabajo de cada una y cada uno redunden enteramente en el beneficio de todas y todos.
 

Castilla-La Mancha, 27 de febrero de 2013
Colectivo VEGA


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