Artículo publicado en el diario La Verdad (Edición Albacete). 26-07-2012
Entre
unas cosas y otras, menudo veranito nos están metiendo. Por un lado estamos
viendo todos los días jugándose la vida a bomberos y otros operarios y
operarias en los permanentes incendios. Impresionaría ver su tremenda labor si
no fuera porque sabemos que en el fondo ¡son funcionarios! y claro, ahora ya no
nos engañan, ahora ha habido quien nos ha abierto los ojos y sabemos que a buen
seguro las pagas extraordinarias y las vacaciones se les salen por los ojos y lo
mismo a veces cortan para echar algún cafelito. ¡Qué suerte tenemos con los
políticos y sus patrones (y viceversa) que nos hacen ver la luz! Además, que parece
que algunos de esos incendios se han producido sobre todos los matojos y
materiales que durante el invierno venían quitando aquellos que este año han
sido despedidos. Bueno, tampoco es para tanto, ya sabemos que al final lo
barato sale caro, especialmente en lo social.
Y es
que no se nos va la imagen de las caras en las reacciones del personal ante el
anuncio de los últimos recortes (en el momento de escribir este artículo
hacemos referencia a pagas extras y a los parados, ya saben que en cualquier
minuto pueden haberse realizado otros cuantos recortes más): los representantes
de los trabajadores, con una cara de extrema preocupación; el engominado
presidente de la patronal con la mandíbula desencajada, más riente que
sonriente y muerto de placer. ¿No dará esto que pensar a nadie? Y todo claro,
sin contar con lo de la Sra. Fabra. Dicen
que como el PSOE también aplaudió otro recorte, que no pasa nada. Pues señores
y señoras, mal lo del PSOE, mal lo del PP (sus aplausos y risas se vienen a
sumar a las del jolgorio de cuando aprobaron la guerra de Irak sobre supuestos
inventados y en la que aún muere asesinada la ciudadanía por decenas) y muy mal
lo de Fabra en aplausos y verbalización. Claro, que también está quien dice que
lo de que “se jodan” era en referencia a todos los millones de personas que no
han tenido “la suerte” de haber ganado grandísimos premios de lotería por 9
veces en 10 años, como su papá. De momento los más afamados estadísticos del
mundo sólo han acertado a declarar al respecto: ¡eso si es un enigma y no lo
del Bosón de Higgs!. Pero no pasa nada, la gente tragando, al paro y sin llegar
a fin de mes.
Y
todo ese sacrificio casi inhumano derivado de estos atracos generalizados ¿para
qué sirve? Pues para que quienes nos gobiernan, los especuladores, sigan
metiéndonos en unas cifras de intereses que no podrán pagar ni nuestros nietos.
Redondo. Es la vieja técnica de endeudar a un desgraciado para que pase el
resto de su vida trabajando gratis para ti, ¡pero aplicada a los países
enteros! No querían intervención del Estado (no podemos echar mano de papá
Estado si algo va mal, decían) y luego de conseguirlo, se han apoderado de él.
Ahora quien decide cuántos parados y paradas debe haber, qué miseria se cobra,
cuántas horas hay que trabajar, qué vacaciones se tienen o en qué se invierte
el dinero, ¡son los especuladores! Y el gobierno lo corrobora sin sonrojarse:
haremos lo que nos digan.
Sin
duda corren malos tiempos. Si en su día Aznar vendió las grandes industrias del
Estado que daban beneficios con las terribles consecuencias que para lo público
tuvo aquello, sus herederos han decidido vender las grandes, las medianas, las pequeñas
y hasta el último clavo que huela a público. Hablaron de impuestos, afirmaron
que mantendrían una sanidad y una enseñanza pública en condiciones… ¿para cuándo los políticos que hacen lo
contrario de lo que prometieron unos meses antes se pondrán delante de un juez?
Aunque bueno, lo retiramos, no queríamos decir eso, porque lo mismo los nombran
culpables y la gente los vota más y de pronto les empieza a tocar la lotería a
toda pastilla…
Bueno,
ustedes nos disculpen, volvemos al principio. Vaya este artículo como homenaje
a los bomberos y personas que se juegan la vida por los demás, a pesar de sus
numerosas pagas extraordinarias, sus interminables vacaciones, sus infinitos
cafelitos y de que con la mayor suerte del mundo, tal vez un día, a uno de cada
cien mil, una sóla vez, le podría tocar la lotería.
*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez
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