lunes, 9 de diciembre de 2013

De ratas y gigantes

*Colectivo Puente Madera

Hay seres humanos que nadan en la riqueza robada a sus congéneres. Medran en los recovecos de un sistema injusto que otros como ellos han apuntalado para que todo sea como siempre, para que el empobrecimiento de los ya pobres enriquezca más a los ya ricos. Esos seres son, entre otros, los directivos de los bancos europeos multados esta semana por la Comisión Europea por conspirar para elevar artificialmente el Euribor. Los segundos, las víctimas del parasitismo, son todos los millones de europeos que han pagado de más por las hipotecas porque esos banqueros han conspirado para robarles.

La Comisión va a multar a los bancos pero… ¿qué pasa con sus directivos? Las entidades pagarán la multa con parte del dinero que previamente han robado a sus clientes, a todos nosotros. ¿Y ahí quedará todo?  ¿No hay responsabilidad individual por toda esta gigantesca estafa, por este robo mastodóntico? ¿No son ladrones los directivos de los bancos? ¿No tienen nombre, apellidos y cara, los altos ejecutivos que decidieron robar a los europeos? ¿No tienen nada que explicarnos Frédéric Oudéa, presidente de la francesa Société Générale, Jürgen Fitschen, copresidente del alemán Deutsche Bank, o los presidentes de RSB, JP Morgan, Citigroup, RP Martin, UBS y Barclays? ¿Nada que justificar el francés Frédéric Oudéa, que ya en 2009 intentó hacerse con un lote de “stock options” de casi 25 millones de euros? ¿Nada que explicar el alemán Jürgen Fitschen, bajo investigación por evasión de impuestos? Ellos, los adalides del capitalismo liberal, han manipulado uno de sus supuestos mandamientos (la libre competencia) para amañar al alza un índice con el que asfixiar a todas las familias… ¿y no va a suceder nada? ¿No va a pasarles nada? ¿Dónde está, entonces, la justicia? ¿Existe la justicia?

Parece increíble que esos banqueros, esas ratas, pertenezcan a la misma especie que Nelson Mandela. Parece mentira que un hombre que resiste en una celda 27 años, y sale de ella con los bolsillos vacíos pero el corazón lleno de sabiduría y concordia, sea congénere de quienes no tienen escrúpulos en robar a millones de personas para acumular millones de euros en cuentas opacas, coches, yates, mansiones… Mandela, gigante de la Historia, hombre admirable, estuvo confinado en condiciones miserables en una celda que los banqueros europeos, ratas de la historia de la infamia, nunca olerán ni de lejos. Cuesta creer que quien sin pedir nada a cambio dio toda su vida por la igualdad y la justicia, tenga algunos genes en común con los miserables que impunemente despojan a sus conciudadanos para, después, exigirles a través de los gobiernos que ellos mismos controlan que se aprieten más el cinturón para “salvar a la banca”.

Tenemos que ser más Mandelas, tenemos que extender y explicar sin descanso su ejemplo generoso a niños y jóvenes. Por eso mismo es ya inaplazable terminar con la impunidad con la que algunos emponzoñan todo lo que de hermosamente gigantesco tiene la especie humana. No hay democracia sin igualdad, y no hay igualdad sin justicia, y no hay justicia si no hay cárcel para los banqueros y los políticos capitalistas que amparan su corrupción. Cárcel para ellos y, con el mismo afán de justicia, honores para los faros que nos muestran que somos capaces de lo más grande, honores para Mandela y para todos los gigantes que nos son imprescindibles porque luchan toda la vida. Adiós, Madiba.




@CPuenteMaderaAB


*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez

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