sábado, 14 de abril de 2012

ORGULLO


Hace algo más de seis meses que en mi centro educativo decidimos, en el Claustro de Profesores, por una abrumadora mayoría (sin ningún voto en contra),  defender algo tan básico como es el modelo de Educación Pública de tod@s y para tod@s. Así lo plasmamos en una sencilla pancarta que ha estado colocada en la fachada del instituto hasta el día de ayer. Siento un orgullo tremendo de pertenecer a un centro  donde, por encima de cualquier planteamiento ideológico, nos pusimos de acuerdo  en manifestar nuestro apoyo al magnífico trabajo que se está haciendo en nuestras aulas, que no queríamos que nuestro alumnado sufriera una pérdida de calidad en el servicio educativo por unos incomprensibles recortes en recursos humanos y económicos,  y al mismo tiempo solicitamos que hubiera una rectificación por parte de las autoridades regionales ante tanta agresión injustificada.

Nos movimos entonces, al final de septiembre, nos movemos ahora y nos seguiremos moviendo en el futuro, con pancarta o sin pancarta, porque creemos en la Educación Pública como la única que garantiza la igualdad de oportunidades, la atención a la diversidad y la compensación de desigualdades de los chicos y chicas que asisten día a día a nuestro instituto, todo ello dentro de un contexto de buen trabajo y pluralidad.

La comunidad educativa de nuestro centro ha sido siempre un referente en calidad educativa, la buena imagen que se ha dado  en estos más de 180 días, con nuestra pancarta  visible para la ciudadanía, ha engrandecido a sus trabajadores y trabajadoras, porque creemos  en nuestro proyecto educativo que necesita recursos humanos suficientes y un presupuesto económico que nos permita avanzar. Ese ha sido nuestro “delito”.

En la tarde de un  oscuro viernes, 13 de abril, la pancarta se retiró. Los que han tomado esta decisión  no han dado razones de peso para que nuestros mensajes respetuosos siguieran en el lugar decidido en septiembre. Con la que está cayendo resulta totalmente incomprensible. De todas formas, nuestra reivindicación sigue viva en nuestras mentes y en el latir de nuestros corazones.

Hoy más que nunca, quiero decir bien alto: “POR LA EDUCACIÓN PÚBLICA, NO A LOS RECORTES. ¡¡¡RECTIFICACIÓN, YA!!!

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