martes, 10 de enero de 2012

CASO URDANGARÍN


En mi reciente visita a Barcelona, tuve la ocasión de charlar en la Plaza Sant Jaume con algunos miembros del  15 M. Discutimos sobre el futuro del caso Urdangarín y llegamos a algunas conclusiones que quiero compartir.

Somos muchos los que esperamos  que la justicia siga su curso y llegue hasta el final. Pero mucho me temo que firmarán ante el juez, antes de que empiecen las comparecencias, un pacto global de culpabilidad jurídica compartida e individualizada entre los actuales imputados. Abonarán el importe global de lo que se han “llevado o defraudado”, tanto en la pública como en la privada (alguien pondrá el dinero). Una vez admitida la culpa y pagados/garantizados los daños, oído el fiscal, el juez dictará auto/sentencia de la pieza separada 25, poniendo fin al procedimiento.

¿Por qué pueden hacer esto?

Porque así evitarán el proceso, con su repercusión mediática, nacional e internacional. Impidiendo que surjan otros posibles imputados, que saldrían a través de la causa  y apuntarían a la Infanta Cristina, así como subiendo en la pirámide, quién sabe al rey por presunta culpabilidad de haber conocido unos hechos delictivos, y como Jefe del Estado, funcionario público al fin y al cabo, no haberlos puesto en conocimiento del Fiscal General del Estado u otra autoridad competente en la materia, como es obligación en nuestro ordenamiento jurídico, constitucional, sin restricciones ni distinción de tipo alguno. Hay demasiadas implicaciones para la corona, el gobierno y otras instituciones públicas, como para dejar que el caso les estalle entre las manos, sin que tomen “medidas”.


 
Además  a la larga el país “pagaría” las consecuencias del daño causado, tanto dentro como fuera, pues a la indignación y cabreo que se iría generando dentro de la crisis económica/política o de valores éticos que estamos viviendo, el efecto dominó podría ser imparable, incluso para aquellos que se creen poder controlar el sistema.

Así que, Urdangarín  y su familia política ¡salvados!.


Aberrante.


¿Podrá ocurrir esto? Muy pronto lo comprobaremos.

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