domingo, 9 de agosto de 2015

Wert, eres un tío 10



José Ignacio Wert se despide de nosotros rumbo a París haciendo un impagable regalo a la nación. Él, Wert, ha conseguido que en junio de 2016 los alumnos españoles de bachillerato vayan a tener la nota media más alta de la historia de la educación española. Él solito ha logrado lo que ninguna ley educativa, ni legiones de esforzados profesores, ni generaciones de estudiosos alumnos han alcanzado jamás.

¿Cómo? ¿Ha introducido con su LOMCE alguna revolucionaria innovación pedagógica? ¿Ha dejado plantadas en nuestros institutos las semillas de un salto sideral en la metodología, que hará progresar desmesuradamente y por igual las notas de las ciencias y las humanidades? No, no, se trata de algo mucho más sencillo: gracias a Wert la nota de Religión de primero de Bachillerato contará lo mismo que la de, por ejemplo, Francés o Alemán, Tecnología de la Información, Cultura Científica, Tecnología Industrial, Anatomía Aplicada... y el curso siguiente, en el 2016-2017, en Segundo de Bachillerato, la nota de Religión será igualmente equiparable a la de otras disciplinas humanísticas y científicas.

Bueno, ¿y qué?, pensará usted. ¿Cómo es que eso sube la nota media de nuestros alumnos? Necesitamos tener en cuenta dos cuestiones para encontrar la respuesta que buscamos. La primera es comprobar lo que ha pasado en la matriculación para el curso 2015-2016: el número de alumnos de primero de Bachillerato que ha elegido la asignatura de Religión se ha incrementado increíblemente. Aunque aún no se han publicado las cifras oficiales, todos los Institutos han terminado ya el proceso de matriculación de Julio, y en todos el resultado es el mismo, que los alumnos de Religión en Bachillerato se han disparado. La segunda cuestión, la que explica la anterior, es que las notas en la asignatura de Religión son siempre altísimas, casi siempre de sobresaliente general para todos los  alumnos. Ya pueden imaginar ustedes por qué (tendrán que imaginarlo, porque ninguna autoridad educativa, ningún inspector de educación, ha evaluado jamás qué contenidos se dan en las clases de Religión, ni cómo se explican esos sobresalientes masivos).

Conclusión: los alumnos españoles vuelven a matricularse en Religión porque saben que, con mínimo o ningún esfuerzo, van a sacar un sobresaliente que subirá su nota media de bachillerato, y que por tanto subirá su nota final de acceso a la Universidad, a Wert gracias.

Los alumnos y sus familias están asumiendo una responsabilidad muy cuestionable al elegir un atajo para alcanzar notas más altas, pero lo que es inaceptable es la legislación de un Gobierno nacionalcatólico que nos retrotrae a la Edad Media, y que valora por igual el aprendizaje de los dogmas religiosos que los conocimientos científicos y humanísticos. ¿Creen ustedes que nuestra sociedad será mejor si los ingenieros tienen notas más altas por haber estudiado los diez mandamientos antes que Tecnología Industrial? ¿Piensan que es mejor que nuestros médicos se aprendan el catecismo antes que estudiar Anatomía?

En la ESO también hay más matriculados, pero por diferentes causas: la LOMCE incluye la elección de la asignatura de Religión con el resto de materias y no como una petición aparte, como había establecido el Defensor del Pueblo para salvaguardar los derechos fundamentales recogidos en la Constitución. ¡A la hoguera con la Constitución, las ciencias y las humanidades! ¡Viva el dogma! ¡Muera la ciencia! ¡Que inventen ellos! ¿Les suena?

Wert, como el Cid, ganará momentáneamente esta batalla después de fenecido como ministro de Educación, y desde su lujoso apartamento parisino observará en la distancia cómo los alumnos españoles, sabiendo menos, obtienen notas más elevadas. Y, no lo duden, presumirá de ello en la OCDE. La pregunta ahora es: ¿va alguien a evitar esto, desde las Comunidades Autónomas que ya no gobierna el PP, desde el gobierno de la nación el próximo noviembre?







*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez.


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