lunes, 12 de mayo de 2014

TODO VALE



La lógica gubernamental del PP en las políticas de inmigración puede resumirse en dos palabras: todo vale. En la terrible represión que se está realizando a nuestros vecinos del sur, sirve cualquier método para evitar su llegada a territorio español. No han bastado cuchillas y concertinas, no; tampoco se conforma Rajoy y su ministra Mato en retirar la atención sanitaria a los extranjeros en situación irregular en nuestro país. No ha sido suficiente. El uso de pelotas de goma en aguas de Ceuta que provocaron pánico y muerte de algunos subsaharianos no era bastante. Lo más reciente nos avergüenza en grado extremo. Nos referimos al uso de gas pimienta y extintores para evitar  que los inmigrantes pudieran dar el salto de las enormes vallas de Melilla y se adentraran en esta Europa hipócrita, que ya no desea mano de obra barata por el pufo de las burbujas inmobiliarias. Aquí vale todo, aunque sea ilegal y atente contra los derechos humanos de aquellos que han cometido el “delito” de buscar una vida mejor. Todo vale.

Decimos alto y claro que se están incumpliendo las leyes internacionales con respecto al control fronterizo y a los procedimientos de asilo. Las llamadas devoluciones en caliente no son más que una burda maniobra ilícita que tenía que hacer dimitir al ministro Fernández Díaz. Pero aquí nadie dimite, aunque haya muerte provocada por estas irracionales medidas. Todo vale en nuestro sagrado territorio patrio.

Nadie se va de su casa en busca de lo desconocido por puro capricho. Cabe recordar que muchísimos de los inmigrantes abandonan sus países para salir de la pobreza, para evitar persecuciones políticas, guerras fratricidas o desastres naturales. No olvidemos que en en ese tortuoso recorrido, miles y miles de hombres, mujeres y niños quedan en el intento, sin que nadie asuma responsabilidad alguna. Aquí vale todo.

En contraposición con esta dramática situación, utilizamos en nuestro país otra vara de medir diferente para que los europeos no comunitarios puedan obtener el permiso de residencia. En este sentido, no todos valen. Únicamente  los ricos, muy ricos, podrán acceder al papelito que les permite vivir en España. El único requisito es ese, que tengan mucho dinero. Lo importante es hacer caja, solo necesitan hacer una inversión significativa de capital o compren una vivienda a partir de 500.000 euros. Y a los pobres africanos solo concertinas, pelotas de goma, gas pimienta, devoluciones en caliente y un sinfín  de medidas inhumanas propias de gentes sin civilizar.

Los datos y las decisiones políticas retratan, desgraciadamente, a nuestros gobernantes que culpan a los inmigrantes pobres del sur de la mayoría de nuestros males, aumentando así la xenofobia a nuestro alrededor. No deseamos más cortinas de humo, las políticas de inmigración no pueden hacerse contra aquellos que nada tienen.

Por esto, en vísperas de las elecciones del próximo 25 de mayo, resulta imprescindible poner de manifiesto que la gestión de las fronteras externas de la Unión Europea debe hacerse desde una perspectiva de derechos humanos, donde la protección de la vida de las personas sea el valor principal. A nosotros no nos vale todo, y la crueldad de los que nos desgobiernan con los más débiles ha llegado a un límite intolerable.



*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez


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