martes, 20 de mayo de 2014

CMC


CMC: ¡cómo mola Cañete! De verdad, no hay palabras, qué tío más majo, más campechano, más de decir las cosas como son y sin más tutía. ¡Pero si el mismo lo ha dicho en la tele! ¡Que se tiene miedo, dice, que se tiene miedo cuando se suelta y habla sin pensar! Más bien lo que quiere decir es que se tiene miedo cuando dice lo que piensa, cuando su Pepito Grillo, que también lo tendrá, no le advierte de que se contenga porque la mayor parte de las cosas que piensa sobre la vida pública son barbaridades. Pero es que él es así. CMC: cómo mola Cañete.

De poco lo sirvió a la Valenciano ese amaño que hicieron en el pasillo antes del debate para no hablar de la corrupción, ese temilla sin importancia que a nadie interesa… al día siguiente ya estaba roto el pacto de silencio, y Cañete, grande él, humillaba a la Valenciano y a todas las mujeres con su superioridad intelectual, ¡qué macheras y qué caballero! Con Rubalcaba, dijo, con un hombre, se habría repartido hasta en el DNI, pero con una mujer no, con una mujer su caballerosidad está por encima de cualquier diferencia política. ¡Qué majo!

Y cómo mola también ver cómo todo el PP, todo, se apunta a las barbaridades que dice Cañete. Da igual que se meta con las mujeres una y otra vez o con quien se le cruce, ahí tiene detrás a todo el coro femenino pepero, desde Cospedal hasta Santamaría, respaldando sus bestialidades. Quién sabe, igual la ministra de trabajo también ha rezado a la Virgen del Rocío para que Cañete no pierda el trapío. ¡Ole! El PP se siente cómodo con este candidato faltón que en el debate televiso tenía que pararse a leer sus apuntes para saber qué decir sobre un montón de asuntos cruciales: once años en Europa y no-sé-cuántos de ministro, pero el tío parecía no tener ni idea.

Pero eso da igual, porque en esta campaña de las europeas lo importante no es saber qué se va a hacer ni  hablar sobre lo que se ha hecho, en la campaña lo importante es aparentar, llevar el debate a tu terreno, no al de la política, sino al del folklore, a la bronca jaleada por la derecha mediática, aburrir al personal, esperar que no vaya nadie a votar, que solo voten los adictos, sabiendo que al día siguiente la tierra seguirá girando y Cañete tendrá su asiento en el Europarlamento, donde seguro que conseguirá que muchos eurodiputados se avergüencen de él.

Rajoy tenía la estrategia perfecta para ganar estas elecciones, basada en dos premisas: tenemos que conseguir desanimar el voto, que no vote casi nadie… y en paralelo tenemos que conseguir que nos voten todos nuestros fieles… y para ello presentaremos a un candidato bravucón, de la derechona sin complejos, directo, que no hable de política pero que anime las entrañas emocionales de la derecha, que hable al corazón y a las tripas. Y ese es Cañete, folklore en estado puro, conversaciones de bar elevadas a debate parlamentario, chistes chuscos y macheras que se catapultan del curro a la televisión, bravuconadas entre colegas convertidas en discurso electoral. Y eso al PP, y a una parte de su electorado, le pirra, y Mariano lo sabía. “CMC nos salvará”, pensó. ¿Acertará?



*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez

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