lunes, 13 de enero de 2014

José, Pablo, Santiago y Elpidio




*Colectivo Puente Madera



Nuestros lectores y lectoras pensarán que el título de este artículo tiene que ver con el nombre de los fichajes de invierno de algún equipo de fútbol de nuestra liga bancaria,  que son los refuerzos de una escuadra supermillonaria del circo de la pelotita y que serán los responsables de repartir juego desde el centro del campo, para lograr el campeonato de la anestesia

Pues no es así. Aunque sí son los responsables de repartir juego, o mejor dicho justicia desde el centro de la actualidad corrupta de nuestro maltrecho país. Nos estamos refiriendo  a los jueces José Castro, Pablo Ruz, Santiago Pedraz y Elpidio Silva. Unos magistrados que tienen entre sus manos una difícil tarea como es la de instruir, o intentarlo al menos, procedimientos que son el reflejo de la impunidad de una plutocracia que presuntamente ha cometido muy graves delitos contra los ciudadanos de España.

Rompemos cuatro lanzas por estos jueces valientes que quieren realizar su difícil trabajo, rodeados de lobos carroñeros que están impidiendo que salga a la luz toda la podredumbre que nos indigna. ¿Por qué no les dejan hacer su trabajo? ¿Qué justifica su desprotección e insulto constante? ¿Qué hace el Consejo General del Poder Judicial para que  en los casos Noos-Casa Real, Bárcenas-Financiación ilegal del PP, muerte del periodista Couso y Blesa-Caja Madripp, se imparta justicia con J mayúscula?

Las presiones de la monarquía, de la Fiscalía General del Estado, de la cúpula del Partido Popular, de expresidentes con botella y del mismo Rajoy, son insoportables y propios de un estado cuartomundista. Es alucinante cómo los que tienen que perseguir el delito (fiscalía anticorrupción) son ahora los que tapan a estos privilegiados; cómo para no molestar a los vigías de occidente no se quiere reabrir la investigación del asesinato del cámara Couso; resulta inexplicable cómo no hay más imputados con sobresueldos de la calle Génova de Madrid, y apesta la separación del juez Silva de una causa de fraude supermillonario por el hecho de haber metido en prisión preventiva al  banquero amiguito de Josemari Aznar.

Cuando se aplican dos varas de medir según el imputado sea de sangre azul, colegas del firmante de las Azores, representantes de la casta del partido podrido o frente a ciudadanos de la calle que han trasgredido las leyes, por muy mal camino vamos para avanzar en lo que debe ser un estado democrático y justo.

La tan de moda marca España duele y huele a mafia, corrupción, privilegios… que nos llevan al Medievo recalcitrante de un país sin justicia, donde existe todavía una monarquía bananera, anacrónica, caduca y muerta, que está presuntamente pringada en aceites sucios de comisiones y corruptelas.

Estamos hasta más arriba del gorro de aguantar a estos privilegiados que quieren quedar impunes por vericuetos alegales o por prescripción provocada de sus fechorías. Necesitamos más jueces Castro, Ruz, Pedraz o Silva para que en España se regenere la justicia y sea una realidad que es igual para todos. Mientras esto no ocurra seguiremos teniendo en nuestra marca internacional la pandereta, el toro de Osborne y la corrupción mafiosa no perseguida.
 Mucho ánimo  a Elpidio, Santiago, Pablo y José, pues somos muchos los que confiamos que podéis realizar una buena jugada e impartir justicia a estos presuntos delincuentes.


@CPuenteMaderaAB



*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez
 


Artículo publicado en tualbacete.com

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