jueves, 16 de febrero de 2012

GRAN HERMANO II

Según me cuentan de primera mano, esta mañana ha ocurrido en el Instituto Ramón y Cajal de Albacete  un hecho histórico: han ido a controlarlos los antidisturbios. En efecto, nunca hasta ahora la comunidad educativa de este centro había sido objeto de precauciones tan extremadas. Es verdad que, según relatan ellos, son un poco díscolos, y que no comulgan con las ruedas de molino que nos quieren hacer tragar a todos los defensores de lo público, pero de ahí a plantificar un vehículo blindado en la puerta misma del centro educativo media un abismo
El motivo del vistosísimo despliegue policial era que la Subdelegación del Gobierno les había denegado el permiso para efectuar una concentración en defensa de la educación pública, por haber registrado la instancia fuera de plazo. No, si encima llevaban razón. Lo que no entendemos es por qué son tan laxos en otros casos y tan pejigueros con estos compañeros y compañeras. Vamos a empezar a pensar que alguien  ha tomado manía a los que discrepamos y queremos defender el modelo de Educación Pública.
    Al final del evento, cuando el recreo estaba a punto de acabar, una alumna le ha pedido permiso a un agente para leer públicamente un poema de Mario Benedetti, y el sujeto en cuestión, con unos modales discutibles, se lo ha negado. En fin…, los albaceteños podemos dormir tranquilos: el orden social no peligra.

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