miércoles, 8 de abril de 2015

Vía Crucis Popular



Dios, a pesar de su omnipresencia y omnipotencia, llevaba una Semana Santa de locura. Se las veía y deseaba para atender a todas las peripecias por las que estaban pasando los pasos más populares. Dios, a pesar de que estos días sufría atribulado por la suerte de su Hijo, no tenía tiempo para Jesucristo: toda, toda, toda su atención estaba con los populares, que sufrían con pánico creciente la inexorable llegada de las elecciones municipales, autonómicas y generales.

Estaba la pobre penitente de Mariadolores Ladelapeineta, que iba de paso en paso con cara de Dolorosa intentando dar ánimos a todos los costaleros. “Ánimo”, les decía, “tened fe, que ya queda poco paras las elecciones, y con suerte ninguno irá a la cárcel antes de noviembre”. Ellos, enjugando las lágrimas bajo los capirotes de nazareno, apretaban los dientes: “fe, hay que tener fe”. Pero, de repente, recordaban que Moreno Bonilla, su candidato andaluz, a pesar de ser devoto de la cofradía de las Fusionadas, se había pegado la costalada padre, y todos echaban a temblar. Fusionadas, Preferentes, Diferidas, Gurteladas, Púnicas, Simuladas… todas las cofradías cargaban penas secretas, penas en B que solo Dios conocía.

Soportando el peso de los pecados que ellos mismos, durante años, habían acumulado con avaricia, codicia y mentira, algunos costaleros populares sufrían alucinaciones, y cuando musitaban “Señor, ¿por qué nos has abandonado?”, veían aparecerse a Dios con su barbita pero con gafas, hablándoles desde una pantalla de plasma, diciendo unas veces “tranquilos hijos míos, todo es mentira salvo alguna cosa”, y añadiendo otras “aguanta Luis”. Y todos, vigorizados, se decían a una “aguanta Luis, aguanta,… no lo cuentes, no seas ca…” prrrrrrrón, prrrrrrrón, prrrrrrrón-pón-pón, retumbaban los tambores, despertando a los bebés del vecindario, multiplicando las demandas de un “procesionódromo” más allá de Campollano.

Dando por perdido el paso de Valencia, cuyos ninots estaban carcomidos por la caloret del euret, uno de los pasos que más preocupaba a Dios era el de Madrid, porque daba unos bandazos tremendos, de acera a acera, atropellando a los creyentes: “apartar y apartar, que os dejáis atropellar, solo pá fastidiar“, se oía cantar a la saetera rubia Laesperanza, que guiaba el paso como un fórmula uno. Laesperanza, además, aprovechaba cada cruce con Mariadolores para echarle la zancadilla, topaba con otros pasos populares y no se persignaba al pasar por delante del Santo Plasma (o Ectoplasma). Un desastre.

El momento álgido de tanta pasión fue el del Encuentro, cuando todos los pasos populares se reunieron en la puerta de la Prisión, aunque sin los trajes que lucían en la boda de la hija de Aznar. Allí redoblaron y retumbaron todos los ayes, los quejíos, los tambores, los sacos llenos de euros, las bolsas B escondidas debajo de las tallas barrocas… Todos, siguiendo esa tradición tan conforme al derecho más civilizado, esperaban ser elegidos para el indulto por una Cofradía iluminada por Dios. Pero la Cofradía les denegó el indulto a todos: “esperad, por lo menos, a que se pruebe lo que ya se sabe, que en verdad merecéis ser condenados”. Bajaron la cabeza, abatidos, negaron tres y mil veces su culpa, y dirigieron una última mirada suplicante al Santo Plasma…y, Él, por fin, les habló con claridad: “Os lo diré, como los Papas, en Latín: todo esto es very dificult y tal…”. Y sin más el Plasma, pagado en B, se apagó con un chisporroteo. El Vía Crucis hacia las elecciones se extendía amargo, infinito, ante ellos. Prrrrrrrón, retumbaron los tambores, y los populares arrastraron los pies hacia su destino final.






*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez

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