* COLECTIVO PUENTE MADERA
Es de sobra conocido que los actuales responsables de educación en los diferentes ámbitos territoriales no tienen ni idea de educación. Son paracaidistas que han aterrizado en el patio de la escuela pública pertrechados con todo el arsenal ideológico de la empresa privada, que es lo que ellos de verdad conocen. Y lo peor es que no la sienten porque no la han vivido. No han vivido, por ejemplo, la felicidad de ver cómo el trabajo hecho en clase a veces compensa las carencias culturales, sociales y hasta afectivas de entornos familiares problemáticos. No entienden que las escuelas deben ser viveros de hombres y mujeres libres, no fábricas de mano de obra sumisa.
Como saben poco de educación, y como no pueden decir claramente que
su verdadero propósito es degradar la enseñanza pública para potenciar
la privada, ellos se limitan a cacarear constantemente una retahíla de
palabros como calidad, esfuerzo, emprendeduría, excelencia… Esta última
les gusta tanto, no sabemos si por contagio neodarwinista o porque les
recuerda pasados caudillajes, que en Madrid hasta le han dedicado un
bachillerato al que supuestamente acuden los varoncitos y las hembritas
ilustres de aquella comunidad. Uno de los chicos seleccionados hace dos
años para cursar esa modalidad fue un tal Anatolio Alonso,
un alumno brillante y curioso que, sin embargo, prefirió permanecer en
el instituto público Juan de la Cierva junto con sus profesores y
compañeros de siempre. Su dedicación al estudio no le impidió hacer
deporte, salir con los amigos como cualquier otro adolescente o
participar activamente en las campañas organizadas por la Marea Verde.
Así, sin necesidad de estar rodeado de empolloncetes a todas horas,
conviviendo con compañeros muy inteligentes y otros que lo son menos,
inmerso en la efervescente pluralidad social, intelectual, ideológica,
étnica y religiosa propia de cualquier aula de un centro público,
Anatolio ha obtenido la calificación más alta en la selectividad (¡un
9,95!) de la Comunidad de Madrid. Lo hemos podido ver y escuchar en los
medios días atrás, ataviado con su camiseta verde para defender «la escuela pública en donde me he criado y donde me he formado».
Afortunadamente, Anatolio no es ninguna excepción. Son muchos los
chicos y chicas que con su trabajo académico y su activismo están dando
cada día contundentes lecciones a toda la sociedad, y en particular a
nuestros gobernantes. Como, por ejemplo, que no puede haber una
formación integral al margen de la vida misma en su extensa y
apasionante diversidad; o como que la calidad educativa no consiste solo
en llenar las cabezas de datos y fórmulas, sino también en la
adquisición de compromisos ciudadanos con los sectores sociales más
vulnerables. Aunque ni nuestro consejero ni nuestro ministro lleguen
nunca a entenderlo, es en alumnos como Anatolio, o como los que le negaron hace unos días el saludo,
donde se encuentra la verdadera excelencia, mucho más que en la
atmósfera viciada de los centros segregados y elitistas que ellos, en su
profundo desconocimiento del hecho educativo, tanto admiran.
@CPuenteMaderaAB
* EL COLECTIVO PUENTE MADERA ESTÁ FORMADO POR ENRIQUE CERRO, ESTEBAN ORTIZ, ELIAS ROVIRA Y JAVIER SÁNCHEZ
@CPuenteMaderaAB
* EL COLECTIVO PUENTE MADERA ESTÁ FORMADO POR ENRIQUE CERRO, ESTEBAN ORTIZ, ELIAS ROVIRA Y JAVIER SÁNCHEZ
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