Marcial Marín asegura que "las familias me
han dado las gracias" por los cierres de escuelas rurales.
www.eldiarioclm.es, 28-08-2014
“Señor don Marcial,
yo también quiero darle las gracias. Antes iba a clase a la escuelita de mi
aldea, que está casi enfrente de mi casa, y apenas tardaba cinco minutos en
llegar. Ahora es muy guay, porque pasamos mucho rato en el autobús cantando y
gastando bromas. Además, la carretera tiene muchísimas curvas, casi todas al
borde precipicios, y siempre hay alguno que se marea. Eso nos da mucha risa.
También nos reímos mucho con los baches, haciendo como que nos caemos de los
asientos, de lo gordos que son. Pero lo que más nos gusta es cuando nieva o hay
hielo, porque el autobús a veces patina como una atracción de feria. Es súperdivertido.
Lo que no entendemos es la cara de preocupación con la que cada día se quedan nuestros
padres. En fin, ellos sabrán.”
Una alumna de una escuela
rural suprimida.
“Gracias y más
gracias. Antes éramos en clase poco más de 20 alumnos, y los profesores nos
controlaban demasiado. Ahora, desde que nos han metido a 36 en
el mismo espacio, las cosas han cambiado mucho. Lo primero es que, como no hay
sitio, es mucho más fácil copiarse en los exámenes. Nos dicen que nos separemos
de nuestros compañeros, pero, al hacerlo, nos juntamos con el del otro lado,
je, je. Hay tanta gente en clase que desde atrás no se ve, pero a mí eso no me
importa porque no me gusta estudiar. Me suelo sentar en la última fila con Tareq.
A él sí le gusta estudiar, y es muy listo, aunque, como viene de fuera, no se
entera mucho. Si los profes pudiesen echarle una mano, avanzaría rápido, pero
como no dan abasto atendiendo a tanta gente, no pueden ayudarle como ellos
quisieran. Entonces los dos nos despistamos y nos dedicamos a pensar en cómo
chinchar a todo el mundo y meter bulla. Lo pasamos muy bien, la verdad, mucho
mejor que antes.”
Un alumno de 3º de
ESO
“Sr. Consejero, soy
uno de los 5000 interinos expulsados del sistema educativo en Castilla-La
Mancha. Después de pasar un tiempo en el paro, estuve de camarero hasta que me
harté de que me contratasen por 4 horas y me hiciesen currar 12, y todo ello
por sueldos con los que, más que pagarnos, nos insultaban. Desde hace un año,
me vine a dar
clase a Ecuador. Aquí me pagan decentemente y valoran mi trabajo. Quizá te
preguntes por qué, entonces, te doy las gracias. Pues porque, expulsándonos al
extranjero, nos proporcionáis, al menos, el consuelo de no veros. De no ver a
Rajoy parloteando desde una pantalla de plasma, o a tu presidenta balbuceando
excusas sobre finiquitos en diferidos, o
a ti diciendo que la educación va mejor que nunca.”
Un profesor
despedido.
“Verá, tengo cuatro
hijos, dos niños y dos niñas. Los mayores ya están en Secundaria. Quiero darle
las gracias porque han desaparecido prácticamente todas las actividades
extraescolares. Los chavales ya no hacen excursiones, no van a ver obras de
teatro o conciertos fuera del pueblo, o a visitar ciudades o parques naturales,
o lo que sea. Gracias, muchas gracias, porque así me ha ahorrado la vergüenza
de que tuviesen que quedarse siempre en casa por no poder pagarles el viaje, o
la entrada, o por no
poder echarles un bocadillo como al resto de los chicos.”
Una madre en paro.
“Marcial, ¡no te
imaginas qué contentos estamos! Desde que habéis metido la tijera
en la educación pública, os habéis desprendido de unos cuantos miles de
profesores y habéis masificado las aulas, nuestro negocio (quiero decir,
nuestros colegios) marcha viento en popa. Esto es fantástico. Y lo de sacudirle
a la Educación para ciudadanía y a la Filosofía también está muy bien, que ya
sabes que en España hay demasiada gente afectada por esa “funesta
manía de pensar” que suele desembocar en el ateísmo y el marxismo. Sigue
así, querido. Perdona el chiste facilón, pero eres el más grande. Que Dios te
bendiga.”
Un directivo de la
patronal de colegios privados.
* El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique
Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez.
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