Conforme se acercan las
elecciones, se van aclarando las cosas. Hay quienes piensan que no, que el
futuro se oscurece, que la política en España se va a complicar, que acabará el
bipartidismo y vendrá la inestabilidad y después el precipicio. Quienes de
verdad temen arribar a este nuevo escenario son los abanderados
del bipartidismo, del reparto de poder entre PP y PSOE, del corruptor
sistema electoral que da más diputados con menos votos a los dos grandes
partidos. Y claro, no son ya las estructuras de los dos partidos las que temen
el cambio: son también todos los entramados económicos que se mueven a su
alrededor, girando con órbitas que abarcan esos dos soles no excluyentes…
porque orbitando en torno a PP y PSOE siempre, siempre, viven mejor quienes
mejor viven. Pero las cosas, irremisiblemente, se aclaran. “Ná es eterno”, como
cantaba Camarón de la Isla.
Además de PP, PSOE, IU (siempre
con expectativas mayores que sus resultados, siempre resistiendo, casi nunca
llegando a donde muchos esperamos, pero siempre ahí), y UPyD (a punto de la desaparición
por suicidio), hay dos nuevos grandes planetas: Ciudadanos y Podemos. Ambos
recogen el desencanto, quizá la esperanza en algo diferente, el hastío… también
cantaba Camarón “un clavo saca otro clavo”.
Con expectativas de voto muy
altas en ambos casos, es muy curioso analizar lo que apuntan las encuestas
de las últimas semanas, con Ciudadanos en crecimiento acelerado y Podemos estancado
o en suave pero continuada bajada. Es innegable que entre Podemos y Ciudadanos existe
un gran vaso comunicante… pero parece que con una válvula
unidireccional: son solo algunos de los simpatizantes y potenciales
votantes de Podemos los que se están pasando a Ciudadanos. La razón parece
clara: Podemos, con su impronta nueva, su imagen superadora de todo y su
deliberada falta de definición ideológica, había recogido las simpatías de
muchos votantes del PP… que ahora prefieren a Ciudadanos. Los mismos que
votaban a Rajoy y a Cospedal parece que no
tenían problemas en votar a Pablo Iglesias y votarán ahora a Albert Rivera,
(algo que jamás pasaba con Izquierda Unida).
Podemos tiene un problema de indefinición
al que no puede seguir jugando eternamente. Para ejemplo, las tres condiciones
que Podemos puso para permitir
que el PSOE, la casta según ellos, gobierne Andalucía: tolerancia cero con
la corrupción, reducción de altos cargos y que la Junta no contrate con bancos
que desahucian. Las dos primeras condiciones se las firma el PP sin
despeinarse. La tercera, siendo justísima y loable y que desde aquí aplaudimos,
no supone por sí sola ninguna propuesta que pueda transformar la sociedad
andaluza ni sus estructuras económicas o políticas ni, lo más importante,
impide que los bancos sigan desahuciando gente. En fin, la reciente salida de Monedero,
no viene a ser sino otra enorme muestra de las contradicciones en las que vive
Podemos.
Veremos qué sucede, pero al final
se trata de que haya gobiernos y de que haya políticos que desempeñen esa responsabilidad,
sin ser por eso casta. Como dice sabiamente Cayo
Lara, que para eso ha sido alcalde, “los vecinos quieren que al día
siguiente de unas elecciones cuando uno abre el grifo, salga agua”. Si acaso,
si nos permiten, podríamos añadir: sí, pero ¿girando la llave del grifo a
izquierdas o a derechas? Porque, por si alguien no se ha dado cuenta, si la
llave del grifo se queda en el centro, no sale agua. Aunque, jé, jé, nosotros
quizá somos muy antiguos, porque eso era con los grifos de rueda de toda la
vida… quizá Podemos y Ciudadanos
son grifos monomando, y los dos juntitos son capaces de que salga agua en el
centro, fría y caliente a la vez, eso sí, moviendo el grifo hacia las alturas…
Puede ser… se va aclarando, se va
aclarando… ya queda menos.
*El Colectivo Puente Madera son
Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez
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