Si es cierto
que la materia ni se crea ni se destruye y que la memoria es un tejido sutil pero
resistente al paso del tiempo, debe de haber algún lugar donde se depositen las
utopías frustradas, los imperios caídos, las divinidades degradadas, las
ideologías arrambladas por el curso de la historia… Y quizá también dentro
de ese inmenso vertedero de vanidades humanas exista una sección donde la
herrumbre devore lenta e inexorablemente los artefactos o dispositivos
pedagógicos que quedaron obsoletos.
Un rincón de algún fin del mundo en
el que se esté pudriendo la Formación
del Espíritu Nacional, con sus consignas fascistas y sus retóricas huecas.
Donde se acartonen día a día las páginas de los catecismos cuyas preguntas memorizaron
como loritos integristas generaciones y generaciones de criaturas. Donde se
acumulen montañas de enciclopedias Álvarez, retratos de José Antonio, huchas
del Domund con forma de negrito o chinito, orejas de
burro y palmetas con las que algunos maestros satisfacían instintos sádicos
no confesados. Probablemente en ese sitio aún resuenen las infinitas collejas
propinadas, y el estallido de las bofetadas, y el llanto desconsolado de los
niños y las niñas.
Sí, no cabe duda de que tiene que
haber algún recinto acotado en el que se puedan arrojar todos esos desechos. De
no ser así, ¿dónde habrían ido a parar los diagramas de Ven y todas las aplicaciones
inyectivas y biyectivas? ¿Quién se hace cargo de todo eso después de años y
años mareando con aquellos circulitos a los alumnos de las escuelas de toda la
bolica del mundo? ¿Cuántos conjuntos
se dibujaron por parte de manos infantiles? ¿Cuántas flechas se dispararon
inmisericordes de un diagrama a otro? ¿Qué se hace con todo ese arsenal cuando
la moda educativa pasa? Son tantos los trastos normativos y pedagógicos, y
algunos tan voluminosos… ¿Dónde acabaron los tochos de fichas, gruesos y
pesados como listines telefónicos, que los escolares de los años setenta
tuvieron que completar hasta la extenuación? ¿Dónde los arbolitos sintácticos
de la gramática generativa que en los años ochenta provocaron el suspenso en
Lengua de legiones de estudiantes de BUP? Qué fácil imaginarlos plantados, tan
monos ellos, sobre los escombros formados por las listas de los reyes godos, o
sobre las cenizas de la asignatura
de Hogar, o hundiendo sus raíces entre montones gigantescos de clichés para
multicopistas.
Desde luego que se necesita espacio
para meter tanto cachivache. Nada más que los acetatos utilizados en tiempo de
la LOGSE
sumarán toneladas y toneladas. Sin una buena baraja de acetatos y un proyector
de transparencias, un profesor no era nadie. Y un inspector, aún menos. Sólo
con los millones de mapas conceptuales elaborados en los años noventa
llenaríamos estadios enteros. Aquellos mapas conceptuales que fragmentaban el
discurso ordinario en desconcertantes constelaciones de burbujas y que no era
capaz de entenderlos ni la madre (o el padre) que los parió… Oh, qué tiempos.
¿Cuándo se marchitaron los objetivos actitudinales? ¿Cuándo languideció
definitivamente aquella asignatura estupefaciente denominada Transición a la
vida adulta y activa? ¿Cuántas pirámides de Gizeh pueden levantarse con los
millardos de Cajas
Rojas con que el Ministerio de Educación propagó el evangelio logsiano?
En fin, y esperemos que en ese extraño
cementerio de chatarra pedagógica, que sin duda existe porque nos es posible
evocarlo, alguien haya previsto una zona para el tratamiento de productos
tóxicos. Porque más temprano que tarde la sociedad española va a tirar allí la
insoportable LOMCE, una ley que contiene y propaga las mismas toxinas que
el régimen capitalista pseudo democrático que la ha generado, a saber: la
competitividad pura y dura, la desigualdad social, la segregación educativa y el autoritarismo
más explícito. La Asamblea de Estudiantes ha organizado una charla sobre la
LOMCE que se celebrará el próximo miércoles 22 de octubre a las 17:00 en el IES
Julio Rey Pastor. Para el jueves 24 han convocado otro encuentro, a la misma
hora pero en el IES Ramón y Cajal, en el que se hablará de recortes en la
universidad. Por otro lado, sabemos que la Asamblea en Defensa de la Educación
Pública de Albacete (ADEPAB)
prepara nuevas movilizaciones.
Pues… ¡venga! ¡Ánimo! Con un poco de
suerte, de aquí a unos meses este engendro del PP no es más que una sombra del
pasado, una ruina en el olvido, un escombro legal más.
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El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías
Rovira y Javier Sánchez.
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