Anosmia
(del griego an = negación y osmé = olfato) significa “ausencia del sentido del olfato”.
Si se trata sólo de una disminución de dicho sentido, hablamos de hiposmia. Permítannos
continuar con estos conceptos sobre la salud antes de meternos en harina. El
olfato, es considerado hoy el menos importante de los sentidos. Se cree que
entre los primeros humanos tuvo gran trascendencia, pero hoy, hay quienes
incluso hablan de que en un futuro llegará a desaparecer. De momento sigue
siendo mucho más importante de lo que se suele pensar, incluso como acompañante
indispensable para el sentido del gusto. También hay otro concepto importante
ligado a la anosmia, que es la “fatiga olfatoria”. Se trata de una protección
del organismo, de forma que ante una sobreexposición a un determinado olor, el
cuerpo acaba por anularlo y deja de percibirse. Pues bien, nuestra hipótesis es
que la sociedad actual, padece fatiga olfatoria político-social y va camino de
la anosmia. Antes, noticias como que Hacienda descubre que un alto
cargo de un gobierno autónomo, un
gran empresario, un artista o un deportista ha defraudado millones de euros a Hacienda
(es decir, nos ha robado a todos y todas), era portada de un diario, cabecera
de programas de radio o televisión. Claro, lo que empieza a repetirse deja de
ser noticia y los medios lo pasan a los niveles
de noticia menores, si es que llegan a considerarlo noticia. Pero lo grave,
es que a la sociedad, no le llegue el olor a heces que el acontecimiento despide,
el aroma pútrido que se desprende de tales hechos. Lejos de ello, a unos se
les vuelve a votar, y a otros se les sigue poniendo como ejemplo
a seguir para los más pequeños (y mayores). Esa permanencia del hedor, hace
aumentar el efecto de fatiga olfatoria y cada vez a la gente le cuesta más
diferenciar, llegan a perder el sentido del gusto, y ya todo les sabe y les
huele igual, da lo mismo esto que aquello que lo otro. Pero la gente debería
tener claro que los olores, pese a su invisibilidad, son materia. Es decir, uno
huele el cordero, porque partículas de la parte volátil del cordero llegan
hasta nuestro cuerpo, y se huele a vinagre cuando partículas de vinagre entran
hasta nuestras propias células. Uno, está
rodeado de aquello que huele o podría oler de no padecer anosmia o fatiga
olfatoria. Por ello, es mala idea no recuperar el sentido del olfato. Y es así
además, porque entonces perderíamos también el aroma de las flores, por
ejemplo. También los
problemas de olfato político-social hacen que cuando nos acostumbramos a la
buenas gentes, a quienes
se dejan el pellejo por un mundo más justo, a las que luchan
por la justicia, no seamos capaces de reconocérselo, nos acostumbramos
tanto a lo bueno como a lo malo y tan injusto es lo uno como lo otro.
Por ello, afinemos nuestro olfato, aspiremos bien
profundo y no permitamos el acostumbramiento ni a lo bueno ni a lo malo. Sólo esa
detección nos permitirá distinguir con claridad y rodearnos de las personas y
cosas que merecen la pena, y desechar
a los pestosos que lo llenan todo de mierda.
*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique
Cerro, Esteban Ortiz, Elias Rovira y Javier Sánchez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario