Hace algo más de seis meses que
en mi centro educativo decidimos, en el Claustro de Profesores, por una
abrumadora mayoría (sin ningún voto en contra), defender algo tan básico como es el modelo de Educación
Pública de tod@s y para tod@s. Así lo plasmamos en una sencilla pancarta que ha
estado colocada en la fachada del instituto hasta el día de ayer. Siento un
orgullo tremendo de pertenecer a un centro donde, por encima de cualquier planteamiento
ideológico, nos pusimos de acuerdo en
manifestar nuestro apoyo al magnífico trabajo que se está haciendo en nuestras
aulas, que no queríamos que nuestro alumnado sufriera una pérdida de calidad en
el servicio educativo por unos incomprensibles recortes en recursos humanos y
económicos, y al mismo tiempo
solicitamos que hubiera una rectificación por parte de las autoridades
regionales ante tanta agresión injustificada.
Nos movimos entonces, al final de
septiembre, nos movemos ahora y nos seguiremos moviendo en el futuro, con
pancarta o sin pancarta, porque creemos en la Educación Pública como la única
que garantiza la igualdad de oportunidades, la atención a la diversidad y la
compensación de desigualdades de los chicos y chicas que asisten día a día a
nuestro instituto, todo ello dentro de un contexto de buen trabajo y pluralidad.
La comunidad educativa de nuestro
centro ha sido siempre un referente en calidad educativa, la buena imagen que se ha dado en estos más de 180 días, con nuestra pancarta
visible para la ciudadanía, ha
engrandecido a sus trabajadores y trabajadoras, porque creemos en nuestro proyecto educativo que necesita
recursos humanos suficientes y un presupuesto económico que nos permita
avanzar. Ese ha sido nuestro “delito”.
En la tarde de un oscuro viernes, 13 de abril, la pancarta se retiró.
Los que han tomado esta decisión no han
dado razones de peso para que nuestros mensajes respetuosos siguieran en el
lugar decidido en septiembre. Con la que está cayendo resulta totalmente
incomprensible. De todas formas, nuestra reivindicación sigue viva en nuestras
mentes y en el latir de nuestros corazones.
Hoy más que nunca, quiero decir
bien alto: “POR LA EDUCACIÓN PÚBLICA, NO A LOS RECORTES. ¡¡¡RECTIFICACIÓN, YA!!!
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