“El
concepto de autoridad apareció en Roma como opuesto al de poder. El poder es un
hecho real que implica que una voluntad se impone a otra por el ejercicio de la
fuerza. En cambio la autoridad está unida a legitimidad, dignidad, calidad,
excelencia de una institución o de una persona” (Wikipedia).
El
tema de la autoridad del profesorado no es más que una cortina de humo para intentar distraer y
dividir a la ciudadanía y en concreto a la Comunidad Educativa en las luchas y
reivindicaciones continuadas en defensa de la educación pública y contra los
recortes que se han producido y se van a seguir produciendo.
El retrato de la situación educativa presente en los
preámbulos de las leyes de autoridad del profesorado (como el proyecto que
tenemos en Castilla-La Mancha) y los
argumentos que intentan justificar la
pertinencia de las mismas no está basado en datos objetivos, ni en criterios
pedagógicos, ni en estudios rigurosos de los que se puedan desprender las
afirmaciones que los acompañan. No es cierto que las familias globalmente
consideradas tengan una mala consideración del profesorado, sino todo lo
contrario.
¿En qué estudios se basan para realizar esas afirmaciones, quién los
ha realizado, dónde y con qué parámetros?
Ni el alumnado ni las familias son responsables de la supuesta mala
consideración del profesorado. Son las Administraciones Educativas lideradas
por los políticos de turno los que no cesan en su intento de desprestigiar la
labor docente y la educación pública . Recortar derechos y salarios del
profesorado, aumentar el número de alumnos/as por aula, ningunear y silenciar
prácticas docentes renovadoras, eliminar programas de apoyo, sancionar a los
directores/as más activos y emprendedores y otras muchas medidas que desde hace
años se vienen imponiendo son las que con premeditación y alevosía intentan
mermar (sin conseguirlo, por cierto: véase el último informe del CIS) la valoración que la ciudadanía tiene sobre
los docentes de la educación pública.
Esta “ley de autoridad” de la Consejería
de Educación de Castilla-La Mancha, pone trabas al trabajo que en muchos centros
se viene realizando para trabajar la convivencia desde una perspectiva
democrática,
en la que todas las personas de la Comunidad educativa asuman sus
responsabilidades y se impliquen en la prevención, tratamiento y resolución de los conflictos que puedan
surgir, buscando la formación por encima de la sanción y tratando este tema desde su vertiente
pedagógica.
Esta ley de autoridad que próximamente aparecerá en el DOCM, si
nadie no lo remedia antes, tiene otras alternativas donde la idea central ha de
ser “Aprender a convivir en la
escuela”. Esta idea, unida a dos conceptos básicos: democracia y convivencia. Vivir juntos, haciendo juntos, significa dar sentido a las
instituciones y actividades humanas, significa “que las normas se construyen
desde el interior, en función de los proyectos que las personas asumen, del
futuro que esperan, de la sociedad que quieren construir” (P Meirieu : El mundo
no es un juguete).
No olvidemos que la convivencia está estrechamente vinculada a la justicia social y que las desigualdades generan situaciones de violencia y deterioran la convivencia. Se debe apostar por otro modelo de convivencia: " Tendremos que educar para sobrevivir en un mundo violento y para cambiarlo. Procuremos ofrecer modelos positivos de resolución de conflictos y formas de convivencia basadas en la justicia, la solidaridad y el respeto. Tarea nada fácil cuando los medios de comunicación publicitan fundamentalmente modelos negativos. Asimismo será necesario promover el desarrollo de valores como la comprensión, la compasión y el perdón, frente a la venganza y el ojo por ojo, tan extendidos en nuestra sociedad. Propiciaremos también la formación de personas sanas físicamente y con fortaleza moral, capaces de criticar lo que no es justo, con deseos de transformar la sociedad, con capacidad para defenderse de la explotación, de rebelarse ante la injusticia, de exigir sus derechos ciudadanos , de protestar contra la miseria y de implicarse en la búsqueda del bien común. Tendremos que aprender todos y todas, juntos, a vivir de otra manera . Y esa es una tarea de toda la sociedad , no sólo de la escuela".(Plan de Convivencia C.P. Cervantes de Buñol)
No olvidemos que la convivencia está estrechamente vinculada a la justicia social y que las desigualdades generan situaciones de violencia y deterioran la convivencia. Se debe apostar por otro modelo de convivencia: " Tendremos que educar para sobrevivir en un mundo violento y para cambiarlo. Procuremos ofrecer modelos positivos de resolución de conflictos y formas de convivencia basadas en la justicia, la solidaridad y el respeto. Tarea nada fácil cuando los medios de comunicación publicitan fundamentalmente modelos negativos. Asimismo será necesario promover el desarrollo de valores como la comprensión, la compasión y el perdón, frente a la venganza y el ojo por ojo, tan extendidos en nuestra sociedad. Propiciaremos también la formación de personas sanas físicamente y con fortaleza moral, capaces de criticar lo que no es justo, con deseos de transformar la sociedad, con capacidad para defenderse de la explotación, de rebelarse ante la injusticia, de exigir sus derechos ciudadanos , de protestar contra la miseria y de implicarse en la búsqueda del bien común. Tendremos que aprender todos y todas, juntos, a vivir de otra manera . Y esa es una tarea de toda la sociedad , no sólo de la escuela".(Plan de Convivencia C.P. Cervantes de Buñol)
Insisto una y mil veces, esta ley de autoridad que se quiere imponer es una cortina de humo
para engañar, distraer y dividir a la comunidad educativa de
Castilla-La Mancha, secuestrando el auténtico debate sobre los problemas
reales de la Educación en nuestra región.
¡No organizamos obediencias, sino entusiasmos!
B. Durruti Barcelona, 1937.
B. Durruti Barcelona, 1937.
Buena entrada compañero y amigo.
ResponderEliminarLa he subido a menéame por si tú y tus seguidores quieren votarla. Está en http://www.meneame.net/story/convivencia-escolar-ley-autoridad.