*Colectivo Puente Madera
Nuestros
lectores y lectoras pensarán que el título de este artículo tiene que ver con
el nombre de los fichajes de invierno de algún equipo de fútbol de nuestra liga
bancaria, que son los refuerzos de una
escuadra supermillonaria del circo de la pelotita y que serán los responsables
de repartir juego desde el centro del campo, para lograr el campeonato de
la anestesia.
Pues
no es así. Aunque sí son los responsables de repartir juego, o mejor dicho
justicia desde el centro de la actualidad corrupta de nuestro maltrecho país.
Nos estamos refiriendo a los jueces José
Castro, Pablo
Ruz, Santiago
Pedraz y Elpidio
Silva. Unos magistrados que tienen entre sus manos una difícil tarea como
es la de instruir, o intentarlo al menos, procedimientos que son el reflejo de
la impunidad de una plutocracia que presuntamente ha cometido muy graves
delitos contra los ciudadanos de España.
Rompemos
cuatro lanzas por estos jueces valientes que quieren realizar su difícil
trabajo, rodeados de lobos carroñeros que están impidiendo que salga a la luz
toda la podredumbre que nos indigna. ¿Por
qué no les dejan hacer su trabajo? ¿Qué justifica su desprotección e
insulto constante? ¿Qué hace el Consejo General del Poder Judicial para
que en los casos Noos-Casa Real,
Bárcenas-Financiación ilegal del PP, muerte del periodista Couso y Blesa-Caja
Madripp, se imparta justicia con J mayúscula?
Las
presiones de la monarquía, de la Fiscalía General del Estado, de
la cúpula del Partido Popular, de expresidentes con botella y del mismo
Rajoy, son insoportables y propios de un estado cuartomundista. Es alucinante cómo
los que tienen que perseguir el delito (fiscalía anticorrupción) son ahora los
que tapan a estos privilegiados; cómo para no molestar a los vigías de
occidente no se quiere reabrir la investigación del asesinato
del cámara Couso; resulta inexplicable cómo no hay más imputados con
sobresueldos de la calle Génova de Madrid, y apesta la separación
del juez Silva de una causa de fraude supermillonario por el hecho de haber
metido en prisión preventiva al banquero
amiguito de Josemari Aznar.
Cuando
se aplican dos varas de medir según el imputado sea de sangre azul, colegas
del firmante de las Azores, representantes de la casta del partido podrido
o frente a ciudadanos de la calle que han trasgredido las leyes, por muy mal
camino vamos para avanzar en lo que debe ser un estado democrático y justo.
La
tan de moda marca España duele y huele a mafia, corrupción, privilegios… que
nos llevan al Medievo recalcitrante de un país sin justicia, donde existe
todavía una monarquía
bananera, anacrónica, caduca y muerta, que está presuntamente pringada en
aceites sucios de comisiones y corruptelas.
Estamos
hasta más arriba del gorro de aguantar a estos privilegiados que quieren quedar
impunes por vericuetos alegales o por prescripción provocada de sus fechorías.
Necesitamos más jueces Castro, Ruz, Pedraz o Silva para que en España se
regenere la justicia y sea una realidad que es igual para todos.
Mientras esto no ocurra seguiremos teniendo en nuestra marca internacional la
pandereta, el toro de Osborne y la corrupción mafiosa
no perseguida.
Mucho ánimo
a Elpidio, Santiago, Pablo y José, pues somos muchos los que confiamos
que podéis realizar una buena jugada e impartir justicia a estos presuntos delincuentes.
@CPuenteMaderaAB
*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez
Artículo publicado en tualbacete.com
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