*Colectivo Puente
Madera
Los gobernantes peperos
están francamente nerviosos. Seguramente
no esperaban la comprensión de sus políticas por parte de la mayoría de los
españoles, pero sí al menos del 30% que
en su día les votó. Y nada, ni eso. Así, el desencanto y la indignación que
van generando el resultado de sus políticas, no es sino la mecha para la
crispación que de manera concreta genera cada uno y una de sus cargos.
Cuando
en una comunidad de vecinos, una familia de esas que en la vida no ha hecho
otra cosa que trabajar y ahora se ven arruinados y sin posibilidades de pagar
la comunidad, se genera crispación. Cuando otras personas necesitan del parcheo
de la caridad para poder comer, cuando algunos padres se acuestan sin cenar
para que sus hijos tengan (cuando es posible) algo que llevarse a la boca,
genera crispación. Cuando del bolsillo de todos los ciudadanos y ciudadanas se
nos ha robado dinero para regalárselo
a los bancos, que en esta misma semana presumen de ganancias millonarias,
eso, genera crispación. Pero cuando el joven cuadro, que por toda formación y
mérito tiene ser hijo o hija de fulanito o fulanita, entra en delicadas
reuniones como elefante en cacharrería, tratando como a delincuentes a quienes
allí están porque es lo
único que han mamado en casa desde su uso (o desuso) de razón, también
crispa. No lo ven, ya lo dijimos en “toneladas
de naranjas mecánicas”. Es imposible que los globos comprados con miles de
euros para los hijos de la Sra. Mato, dejen ver a los primeros niños que tras
largas décadas están viviendo en territorio español sin
ser debidamente vacunados. Cuando en las familias se ve cómo se pretende
poner en marcha una ley que va a restar infinitas posibilidades de que los
hijos y las hijas tengan
una educación de calidad, se genera crispación. Cuando hay jóvenes que no
son los suyos, que no cargan de gomina ni educación privada, cuando les da por
salir a la calle y defender lo público; contestan, nerviosos y crispando, como
cualquier fascismo: enviando
a sus fuerzas para que los intimiden.
Lo mismo lo que en el pepé
necesitan ¡es tila! Tazas de tila, litros de tila, sueros en vena de tila… y
con un poco de suerte, hasta se relajan unos minutos, dejan
de crispar, de recortar y nos permiten vivir en paz.
@CPuenteMaderaAB
*El
Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías
Rovira y Javier Sánchez.
Artículo publicado en la columna de opinión "Brotes Rojos", de diarioAB.com
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