Artículo publicado en el diario La Verdad (Edición Albacete). 19-07-2012
*Colectivo Puente Madera
Ya
podemos respirar profundamente con una tranquilidad inusitada al saber que los
problemas de la ciudadanía española van a dejar de serlo en un plis plas.
Desmontando el estado del medioestar a base de recortes y más recortes, el
desgobierno intervenido de Rajoy, con el beneplácito de la troika capitalista y
rescatadora, está propiciando una salida a la crisis con impuestos indirectos –
más IVA para todos-, escasísimos derechos laborales –subsidio de desempleo en
acoso y derribo-, y unos trabajadores públicos injustamente vilipendiados y
maltratados.
Precisamente,
los tijeretazos a los derechos de los que somos empleados públicos son para el
PP una parte de la solución de esta maldita crisis que no hemos provocado. Europa
es la excusa para que interinos, laborales y funcionarios públicos de este país
seamos los que soportemos en nuestros bolsillos y en nuestras espaldas el
ataque sin límites de este absolutismo que nos pide sacrificios injustificados.
Cada palo debe aguantar su vela y la proporcionalidad, en los mal llamados
ajustes, debe ser lo que prime. Pero aquí los palos, con velas y sin ellas,
llueven siempre sobre las mismas cabezas
a punto ya de quebrarse. Como trabajadores públicos, no podemos negar
que es muy duro el deterioro de nuestras condiciones económicas (más de un 30%
de pérdida de poder adquisitivo en los últimos tres años), pero lo
verdaderamente peligroso es el proceso de desmantelamiento y derribo del sector
público en el Estado Español, mediante la imposición de
políticas neoliberales y de mercantilización de nuestros derechos,
asistiendo a un ataque frontal a los servicios públicos teniendo la
educación, la sanidad y las políticas sociales como vectores de recortes clave
para ”cuadrar cuentas”.
No
debemos olvidar que cuando se ataca a los trabajadores públicos se nos agrede a
toda la ciudadanía, pues hablamos de agentes de
las fuerzas de seguridad, funcionarios de prisiones, trabajadores sanitarios,
profesionales de la educación, auxiliares administrativos,… en fin, colectivos
profesionales sobre los que recae la responsabilidad del sostenimiento y la
aplicación de la formación, la higiene y limpieza, la salud, la seguridad de la
población, entre otras muchas funciones básicas que garantizan la equidad
social de nuestro país.
Con
estas medidas ahora sí que han dado en el clavo y la construcción europea no
correrá peligro. Nos referimos a esa Europa de los negocios ultra
especuladores, de los mercaderes sin escrúpulos y de los bancos rescatados a
base de nuestro sudor e impuestos. ¿Dónde ha quedado esa Europa social y de la
ciudadanía? Nos vendieron hace unos años una Unión Europea con corazón,
conciencia y de avance público solidario que sería el jardín de las delicias,
pero cada día que pasa sabemos que las delicatesen siguen hinchando la barriga
de los de siempre, condenándonos a la mayoría del pueblo a sobrevivir sin
derechos, sin servicios públicos de calidad y con una pobreza galopante. De
nuevo han dejado pasar otra oportunidad para, en vez de recortar el gasto, incrementar
los ingresos a las arcas públicas, persiguiendo el fraude fiscal, aumentando
los impuestos a las grandes fortunas y aflorando tanta economía sumergida. Pero
que ilusos somos. Esta quimera no estaba en el programa electoral oculto de
Mariano y Dolores, tan sólo llevaban amnistías para defraudadores, motosierras
para los derechos sociales y látigo con desprecio para los empleados públicos.
No
soportamos más a estos farsantes que son capaces de mentir una y otra vez,
diciéndonos hoy una cosa y mañana la contraria, con licencia sin límites para
segar con su guadaña nuestros derechos y nuestro futuro. Hoy es un buen momento
para tomar las calles secundando las movilizaciones sindicales, rechazando
masivamente esta estafa recortadora, exigiendo que queremos otras políticas
para salir de esta crisis económica y democrática. El hartazgo hiere, corroe y
duele. La resignación y el silencio no deben ser nuestra opción. Esta no es nuestra Europa. ¡Qué paren las
máquinas de este continente en demolición, que nosotros nos bajamos!
*El Colectivo Puente
Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier
Sánchez.
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