En primer lugar, es urgente, compréndalo, por los
cientos de palestinos que en las últimas semanas han sido asesinados
por orden del gobierno israelí ante la vomitiva indiferencia de la
comunidad internacional y, en particular, de nuestro gobierno.
Y, ya de paso, por los cientos de miles de iraquíes
muertos como consecuencia de una guerra fabricada con mentiras. Por que los
genocidas sean algún día juzgados.
Por los pueblos que, como los saharauis, fueron
despojados de sus tierras y arrojados en medio de la nada. Por los que han
perdido la soberanía sobre sus recursos naturales, sus fuentes de energía, su
capacidad de producir alimentos… a manos de multinacionales que les secuestran
el futuro. Por los millones de víctimas del Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial, los
buitres del orden mundial.
Por los trabajadores que en España han caído en régimen
de servidumbre a causa de la reforma laboral del PP. Por los que,
trabajando interminables jornadas laborales, no consiguen salir de la pobreza,
o sea, proporcionar techo y pan a sus hijos.
Por los cientos de miles de hogares que no perciben
ningún ingreso mientras a los bancos se les regalan miles
y miles de millones de dinero público.
Por las familias expulsadas
de sus casas como si fueran delincuentes y abandonadas a su suerte por la
administración, a la vez que los responsables de las entidades bancarias
quebradas siguen viviendo como sultanes. Por que los causantes del colapso de
nuestro sistema financiero se sienten en el banquillo, por que los trileros que
engatusaron a media España con las
preferentes paguen por sus mentiras, por que los grandes partidos no
aseguren su financiación mediante indultos.
Por las 800.000
personas excluidas de nuestro sistema sanitario. Por que no muera nadie
más en la puerta de un hospital por no disponer de un DNI español.
Por que ningún niño o niña se quede atrás como
consecuencia de la masificación de las aulas o el recorte
salvaje de las plantillas de profesores. Por que no se implante un modelo
educativo con dos velocidades, una para ricos y otra para pobres. Por una
educación pública, democrática, inclusiva, laica y de calidad.
Por que la gente pueda decidir, de una puñetera vez, entre monarquía o
república. Por que los ciudadanos dejemos de ser decorados para
convertirnos en protagonistas. Por que la democracia deje de ser una pantomima
al servicio de los poderes financieros.
Por una región sin pucherazos,
sin caciques, sin recortes salvajes, sin comisiones para campañas electorales,
sin nacionalcatolicismo a la manchega, con menos peinetas y más lapiceros, con
menos mantillas y más camillas. Ah, y por supuesto, sin el puto almacén
de basura radioactiva.
Y por que nuestra ciudad despierte de la modorra
provinciana en la que se encuentra. Por que alcance a ver algo más allá de la cabalgata y de los bienintencionados
festivales benéficos. Por hacer de ella un espacio de justicia más que de
caridad. Por que los ciudadanos de a pie recuperen la soberanía sobre sus
calles, creando circuitos para peatones y bicis. Por que a los barrios llegue
la cultura, y no solo las verbenas. Por recuperar todos los servicios públicos
privatizados (guarderías, comedores, centro médico del IMD...). Por mandar a freír espárragos la Escuela de
Pilotos de la OTAN y la fábrica de helicópteros de guerra. En fin, por todo
ello, pero también porque la vida sin una cierta dosis de rebeldía no vale nada,
y porque cuando se suman voluntades se multiplican las energías, despojémonos
de nuestros prejuicios, superemos nuestras prevenciones, abandonemos la
clausura de nuestras siglas, aparquemos nuestros egos y nuestras doctrinas y
hablemos sin descanso hasta llegar a acuerdos. Diversas organizaciones han
convocado para mañana, martes 29, una reunión con el objetivo de promover un “proceso
de confluencia”. Ganemos Albacete, ¡pijo!, y desde este rincón perdido del
planeta contribuyamos humilde pero apasionadamente a que el mundo no se hunda.
* El Colectivo Puente Madera está formado
por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez.