Artículo publicado en el diario "La Verdad" (Edición Albacete). 13-12-2012
*Colectivo
Puente Madera
El Partido Popular y su ministro Wert siguen en su
obsesión de machacar la educación de todos y todas. No desean abordar los
verdaderos problemas del sistema educativo de nuestro país; sus altas miras no
van por ahí, quieren desmantelar la educación pública y llevarnos en un viaje
sin retorno al pasado más casposo de los años 60 del siglo XX.
La llamada LOMCE (“Ley Orgánica para Montar el Caos
Educativo”) ha visto la luz en su versión 2.0, con todas las bendiciones de la
Conferencia Episcopal y los parabienes de los sectores más involucionistas y
reaccionarios de España. Un proyecto de ley que nace muerto de raíz, dado que surge
con un amplio rechazo de la comunidad educativa, que ve en los planes del
tertuliano ascendido a ministro la implementación de una contrarreforma con un
sesgo ideológico ultraconservador e inspirada en los dictados de la jerarquía
eclesiástica más integrista.
Este futuro proyecto de ley que quiere imponerse a todos
los españoles es clasista, partidista, sexista y totalmente antieducativo. Así
ha sido calificado este nuevo borrador en multitud de foros educativos -de
todos los colores menos azul-, en los últimos días, lo que refleja el destrozo de
la maltrecha Educación Pública al que nos llevan Wert y el Partido Popular.
Es una reforma que surge al servicio de los mercados.
Vocablos como “mercado”, “resultados”, “competitividad” o “rendimiento
económico” aparecen de forma recurrente en el borrador de la nueva Ley. Un
hecho sorprendente, sobre todo al tratarse de un documento educativo. La LOMCE,
ahijada de Wert, afirma sin pudor que
“la educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el
nivel de prosperidad de un país. Su nivel educativo determina la capacidad de
competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se
planteen en el futuro”. Por lo que la aplicación de esta norma hace peligrar
materias difícilmente evaluables, según los rankings de la OCDE, como la
filosofía, la música, las artes plásticas o la educación física. ¿Dónde quedaría
la educación integral de la persona?
Siempre hemos sido partidarios de que la religión saliera
fuera de las escuelas, pero con este rancio borrador legislativo vamos
derechitos a las cavernas, pues las familias del alumnado
deberán optar por que sus hijos e hijas cursen la materia de religión o bien la
de Valores Culturales y Sociales en Primaria, y Valores Éticos en Secundaria.
Actualmente la asignatura de religión es voluntaria para el alumnado y no hay
obligación de cursar ninguna alternativa académica evaluable. Con este nuevo
anteproyecto que empeora todavía más el texto inicial, se vuelve a la LOCE del
Gobierno Aznar en 2002, haciendo así una concesión esencial a los obispos, que
vienen reclamando la existencia de una alternativa evaluable a la asignatura de
Religión para evitar la fuga del alumnado de esas clases de adoctrinamiento en
nuestras aulas.
Esto no se soluciona con una leve reprimenda poniendo de
rodillas o de cara a la pared al ministro del ramo, ni mucho menos. Desde aquí
lo que pedimos es la retirada inmediata de la LOMCE y la dimisión urgente de
José Ignacio Wert porque quiere, al
margen de la comunidad educativa, meternos con calzador una contrarreforma
educativa regresiva, clasista, excluyente, privatizadora, antidemocrática y
segregadora, que convierte la educación en una carrera de obstáculos y atenta
contra el derecho a una educación de calidad en condiciones de igualdad. Debe
irse a su casa porque con los recortes (más
de 6000 millones de euros) y la LOMCE aprovecha la excusa de la crisis para
implantar un modelo ideológico que supone una vuelta al sistema de enseñanza
franquista y que apuesta por la escuela privada y concertada en detrimento de
la pública. Wert es el enemigo número uno de la Educación Pública, no nos
merecemos seguir soportando durante más tiempo a un personaje que quiere vender
la educación de todos y para todos. ¡Wert, dimisión!
*El
Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías
Rovira y Javier Sánchez
Totalmente de acuerdo compañeros. Es un retroceso total a un modelo anacrónico y trasnochado donde también desaparece de un plumazo toda la educación de índole técnico y tecnológico. Así es como desean impulsar este país, es decir, donde solo puedan tener futuro los de siempre
ResponderEliminarVirgilio Palacios
Compañero de IES Don Bosco